Una de las mayores barreras para la implantación de exoesqueletos es el enorme peso que suelen tener. Diseñar un mecanismo robotizado que sea capaz de mover la masa de un humano no es tarea fácil, aún con el uso de materiales ligeros como el aluminio y materiales compuestos.
Conor Walsh y su equipo, de la Universidad de Harvard, han diseñado un nuevo traje, denominado exoesqueleto blando, que reduce considerablemente la energía que el portador debe usar al caminar. El concepto es más cercano a una prenda de vestir que a los clásicos equipos toscos y llenos de metal. Un cinturón y 4 correas verticales conectan la parte inferior de las piernas a la cadera.

Los investigadores anunciaron el desarrollo en el 2014, pero ahora también han publicado la estimación del ahorro metabólico que supone la disminución de masa del exoesqueleto. Este cálculo no es sencillo, pues se tiene que hacer en un escenario de cinemática y dinámica compleja.
Según sus estimaciones, este traje supone un ahorro metabólico del 23%, o lo que es lo mismo, un ahorro en el esfuerzo para caminar con este tipo de trajes.
Vía: Wyss Institute
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