Las nuevas tecnologías, en concreto derivadas del aumento de la automatización y del avance de la inteligencia artificial, están sustituyendo empleos a mayor ritmo que los que somos capaces de crear.
Sólo este año se espera que van a desaparecer, de forma neta, 3.4 millones de empleos en todo el mundo. Es un aumento del desempleo mundial del 5.7 al 5.8%.
Expertos de diversos ámbitos están en alerta ante la falta de capacidad de reinvención del mercado laboral.
La inevitable automatización de los trabajos
En este artículo ya analizamos en profundidad cual es la actual situación de la automatización de los trabajos en el mercado laboral y las posibles expectativas para el futuro.
La era digital está permitiendo que trabajos que eran desempeñados por cientos o miles de personas, puedan realizarse ya por unos pocos.
“La sustitución de puestos de trabajo por máquinas ha estado sucediendo continuamente desde la Revolución Industrial, pero se espera que se acelere significativamente en los próximos 10 o 20 años”, dijo el profesor Johannes Moenius, director de ISEA
Esto no es nuevo, lo llamamos automatización del trabajo. En toda la historia de la humanidad hemos usado la tecnología para poder realizar trabajos de forma más eficiente, es decir, con menos mano de obra humana, lo cual es algo muy positivo: conseguimos la misma riqueza o bienes, con menor esfuerzo.
Existen, sin embargo, dos diferencias fundamentales respecto al pasado:
- Actualmente, las tecnologías digitales están sustituyendo empleos a mayor ritmo que el de creación de nuevos empleos. En otras palabras, a nivel global, está aumentando el desempleo.
- La inteligencia artificial tiene el potencial de sustituir (o cambiar de forma extrema) casi cualquier empleo, por lo que no sólo los trabajos de menor valor son sustituídos por la tecnología (como suele hacer ésta), sino también trabajos altamente cualificados.
Preparándonos para un escenario de 80% de desempleo a nivel global
En el MIT creen que puede ser posible que la actual tendencia nos lleve a un 80% de gente sin trabajar en un futuro algo indeterminado. Imaginaos que, con el mismo nivel de vida actual, sólo 2 de cada 10 personas tengan que trabajar. Nuestra sociedad cambiaría totalmente.
“En el MIT llegamos a trabajar con escenarios en los que valorábamos un 80% de desempleo mundial. El ser humano tendrá que desempeñar profesiones muy creativas. Al final, todo lo que sea un algoritmo, puede desempeñarlo una máquina” – Amador Menéndez, investigador del MIT y divulgador científico
¿Qué soluciones hay?
La respuesta a esta pregunta la intentamos encontrar cada día en Puentes Digitales. No tenemos una única respuesta, pues se trata de un problema global, profundo y que alcanza todos los sectores de nuestra sociedad, por lo que la solución tendrá que ser una suma de acciones complejas y coordinadas.
La primera solución es la educación. Tenemos que preparar a las nuevas generaciones para que sean mucho más adaptables. Ya lo vimos en esta entrevista a Francisco de la Calle: la habilidad más importante para competir en un mundo dominado por las máquinas, es la adaptabilidad. Un reto igual de importante es educar o formar a las generaciones actuales, que están en edad de trabajar, pero tienen que reinventarse para competir con las nuevas tecnologías.
Después, debemos establecer una cultura que fomente la innovación, la creatividad y la flexibilidad. Un mundo cambiante necesita políticas y organizaciones cambiantes.
También debemos buscar un formato de estado del bienestar sostenible con esta tendencia. En este artículo ya exploramos el problema actual (y futuro) con el sistema de seguridad social. En este otro artículo, veíamos la posibilidad de establecer un sistema de Renta Básica Universal, para poder mantener un estado de bienestar eficiente pese a que la mayoría de las personas no trabajen.
Puede que al final la situación no sea tan extrema
Pese a las alarmas y la tendencia actual, también es posible que, finalmente, el desequilibrio vuelva a balancearse.
Puede que el déficit de empleo actual no empeore, sino que se revierta. Puede que sea incluso una consecuencia macroeconomía, independiente de la tecnología. Puede que el propio sistema económico y social ajuste los desequilibrios de forma automática, que el libre mercado y la globalización unifiquen el empleo a nivel mundial.
Puede que cuando esta tendencia de desempleo se haga mayor, las personas y los propios empleos se adapten lo suficiente. En vez de sustituir empleos, puede que seamos capaces de transformarlos rápidamente.
Puede que los más jóvenes, más flexibles y adaptables que las generaciones mayores, tengan mayor capacidad de competir con la robótica y la IA. Puede que estemos viendo las nuevas tecnologías como nuestros antepasados veían el telar, el ferrocarril o el automóvil.
Puede que la educación mejore nuestras habilidades en las nuevas tecnologías, inspire a la sociedad a cooperar e integrarse con las máquinas y nos permita adaptarnos más rápido a la tecnología digital.
Puede que los desarrollos en Inteligencia Artificial se estanquen, que no seamos capaces de crear una IA generalista. Puede que la IA no sea más que una promesa sin llegar, que los increíbles avances actuales tengan un fin, un freno, un obstáculo insalvable.
Puede que aprovechemos la IA, la biónica y la robótica de nueva generación, para mejorar nuestras capacidades físicas y mentales, de modo que nuestra capacidad de mejorar y adaptarnos a la tecnología ya no sea un problema.
Puede que al final consigamos corregir un rumbo actual muy peligroso. Puede que la unión de todos y las buenas ideas consigan evitar un escenario que puede dañar profundamente el bienestar del ser humano.
Puede que al final, el sueño de Puentes Digitales, se haga realidad.
Fuentes: Retina, Business Insider, World Economic Forum, The New York Times, Technology Review, TechRepublic, International Labour Organization
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