Desde que en 1947 se obtuviese la primera imagen espacial de la Tierra gracias a una cámara instalada a bordo de un cohete V-2 capturado a los alemanes, la observación de la Tierra desde el espacio ha evolucionado de forma espectacular, especialmente impulsada por los avances tecnológicos en aeronáutica y computación.
De la tecnología militar a la tecnología para todos
Como ha sucedido a lo largo de la historia, toda tecnología que ha supuesto una clara ventaja a nivel militar, ha experimentado un desarrollo vertiginoso en el marco de un conflicto bélico, y el caso de la teledetección espacial no ha sido una excepción.
El potencial ofrecido por esta tecnología como herramienta fundamental de espionaje durante la Guerra Fría, permitió su desarrollo y evolución hasta nuestros días, donde se ha convertido en una pieza clave para el estudio en áreas como el cambio climático, la exploración y gestión de recursos naturales, así como el seguimiento de cambios en la superficie terrestre.
El acceso público a imágenes satelitales
Más allá de la explotación tanto científica como económica y empresarial de esta tecnología, los actuales programas de observación de la Tierra han garantizado el acceso público a una nueva perspectiva de nuestro planeta: programas como Landsat y MODIS pertenecientes a la NASA, o incluso Sentinel a nivel europeo, ofrecen acceso gratuito a ingentes cantidades de datos e imágenes espaciales desde la fecha de inicio de estos programas hasta nuestros días.
Abordar aspectos más técnicos o casos de uso de la tecnología de observación espacial excede las pretensiones de este artículo, puntos que serán abordados en futuras publicaciones. La intención del presente texto es profundizar en la idea de la “nueva perspectiva” ofrecida por los satélites de observación terrestre a través de imágenes, vehículo mediante el cual es posible concebir la belleza o fragilidad, y en ocasiones crueldad, del planeta que llamamos hogar
1. La huella humana
Escena MSI Sentinel-2 Illinois (EE.UU)
A través de los siglos, el ser humano se ha convertido el principal factor de cambio de la superficie terrestre, mediante la manipulación que ha ejercido sobre el entorno para adaptarlo a sus necesidades. Esta imagen es un claro ejemplo de cómo el ser humano puede alterar de forma sustancial la estructura del territorio.
2. Belleza invisible

El ojo humano es sensible a una región muy limitada del espectro electromagnético conocida como espectro visible. Esta región constituye nuestra percepción visual del mundo. Sin embargo, los sensores artificiales no se encuentran limitados a esta región, pudiendo ser configurados para regiones y rangos muy variables. Este hecho supone expandir la perspectiva visual humana hacia nuevos horizontes, obteniendo escenas cuyas tonalidades rivalizan con los colores de las mejores obras impresionistas.
3. Espectros en las aguas

Uno de los usos tradicionales de la observación especial de la Tierra es el seguimiento de los océanos. Características como las corrientes oceánicas, temperaturas de las aguas o movimientos planctónicos han sido monitorizadas gracias a satélites concebidos para dicha misión como SEASAT desde hace más de 30 años. La presente imagen muestra el movimiento de las masas planctónicas que se producen en las aguas más superficiales de los océanos como consecuencia de la dinámica de las corrientes.
4. Los estragos del tiempo

Al igual que los cambios que el propio ser humano produce sobre la superficie terrestre, la observación de la Tierra mediante satélites permite capturar los cambios naturales que se producen en ella, dando lugar a la idea de nuestro planeta como un sistema dinámico. Diversas técnicas ofrecen la posibilidad de seguir fenómenos que presentan una temporalidad muy diferente, como es el movimiento de glaciares o de los casquetes polares.
5. Escenas del caos

Por último, la capacidad de revisita que ofrecen algunos sistemas satelitales les hace idóneos para llevar a cabo el seguimiento de desastres naturales. Si bien es una característica no desarrollada en todo su potencial, existen plataformas que ofrecen resoluciones temporales de escasos días. En este sentido, pueden ser utilizados en la observación de fenómenos superficiales con velocidades de cambio ajustadas a su resolución. Entre los fenómenos que tradicionalmente han sido objeto de seguimiento a través de plataformas espaciales se encuentran los incendios forestales, las inundaciones, erupciones volcánicas o fenómenos atmosféricos extremos.
Vivimos en un planeta hermoso, rico, diverso y extraordinariamente heterogéneo. Cuando lo vemos desde el espacio, podemos sentir la rareza de un Mundo que es el Nuestro; el único que podemos tener. Es nuestro único hogar y debemos protegerlo y mejorarlo.
Las imágenes de este artículo nos evocan cuadros de todo tipo, pinceladas bruscas y ordenadas mezcladas en un lienzo de mar y tierra. La similitud de estas imágenes con lo que entendemos como arte, no puede sino recordarnos que somos parte del planeta Tierra. Debemos cuidarlo, tanto como nos cuidamos a nosotros mismos.