En este artículo se explora cuál era la tecnología del Antiguo Egipto, cómo se relacionaba con su cultura y su obsesión con el Cosmos, cómo se construyeron las Pirámides y, finalmente, cómo de una forma casi poética, la tecnología actual que se usa para estudiarlas se conecta directamente con algo que vino y viene del Espacio Exterior.
La tecnología que vino de las estrellas
A veces pensamos en la tecnología como futuro, pero se nos olvida que es algo que ha acompañado siempre al ser humano. Desde los inicios, el hombre ha manipulado su entorno para vivir mejor; y es que esa es una definición de “tecnología” que nos hace darnos cuenta de una cosa: comprender la tecnología de nuestros antepasados nos ayuda a asimilar la tecnología presente y futura. Los desarrollos tecnológicos que hacemos están vinculados al momento histórico y al entorno. Hay tecnologías, y la historia de ellas, que sólo podemos comprender si nos ponemos en el contexto de las personas que las desarrollaron.
¿Imagináis un mundo sin luz eléctrica?
Hasta el siglo XIX, cuando se hacía de noche había oscuridad real. Al mirar al firmamento, lo que más maravillaba al ser humano era un manto de luces.
Hoy en día hay jóvenes que nunca han visto con sus ojos la Vía Láctea, pero para la mayoría de nuestros antepasados, las estrellas eran su guía, algo que les acompañaba todas las noches y que podían estudiar en cualquier lugar del mundo. Las estrellas han sido inspiración de científicos, filósofos, artistas… Fantasmas vagando en un océano infinito, como contaba William Herschel a su hijo John en la serie Cosmos:
De las estrellas al Antiguo Egipto
En el Antiguo Egipto la observación de las estrellas derivó en una mejora tecnológica sin precedentes en esta civilización. Y es que se considera que fue una de las civilizaciones más unidas al cosmos; no porque viniesen ovnis desde las estrellas para construir las pirámides, sino porque los humanos de esta época y lugar desarrollaron una cultura alrededor de la observación del espacio muy intensa.
Su religión se vinculó mucho a la astronomía. Tanto los dioses tenían referencias a la misma, como las pirámides y otras construcciones se realizaban teniendo en cuenta con detalle la disposición de las estrellas. Por ejemplo, todas las pirámides en Egipto tienen su entrada el norte, a excepción de la dinastía XII (y sólo por seguridad ante los saqueos).

Las alineaciones polares se producen con dos estrellas, Thubán y Kochab. Thuban es la equivalente a nuestra actual Estrella Polar (el firmamento de hace milenios no es el mismo que el actual). En su cultura, era la estrella central de las JXMW-SKJW: “las que no conocen el ocaso“.
Por ejemplo, el serdab del faraón Netjerkhet en Saqqara (habitáculo donde se encuentran los monumentos funerarios), en la cara norte, cerca de la entrada, presenta 2 orificios donde, si nos asomamos, actualmente no se ve nada… Pero gracias al estudio del astrofísico Juan Antonio Belmonte, sabemos que, en época de Netjerkhet, estos orificios apuntaban a dos estrellas de dos constelaciones: Dubhe (estrella alfa, Osa Mayor) y Kochab (estrella beta, Osa Menor).
¿Cómo era la cosmología solar egipcia?
Los egipcios tenían una Doctrina Heliopolitana de la Creación. Según los sacerdotes heliopolitanos, antes de la Creación, sólo existía el Nun, un universo acuoso, en tinieblas y en silencio, que en una traducción literal sería algo así como “la no-existencia”. Esta concepción es, curiosamente, similar al acuerdo científico actual en cuanto a que antes del Big-Bang, simplemente no existía nada.
Pues bien, el primer ente emergido de las aguas del Nun es Benben, llamado COLINA PRIMORDIAL. Lo pongo en mayúsculas porque es importante para luego. Este concepto refleja metafóricamente la aparición de la tierra frente al agua; es como los egipcios pensaron que se creó la tierra.
Después vino el segundo ente, Benu, el Pájaro Primordial, que emite el primer grito (creación del sonido frente al silencio del Nun). Benu deriva del verbo uben=surgir, elevarse. Es decir, el pájaro primordial se eleva desde la colina primordial hacia el cielo.
El tercer ente que aparece en la mitología de la Creación egipcia es Atum, el Demiurgo Solar (el Dios Sol). Es una divinidad que tiene distintos aspectos y en los textos históricos se recoge como cabeza de escarabajo para el sol de la mañana, cabeza de halcón para el sol de medio día, cabeza humana para el sol del atardecer. En cualquier caso, para los egipcios El Rey Sol es quién continúa la tarea de la Creación.
Recapitulando: lo primero que surge es La Colina Primordial, que representa el aparecer de la tierra, que se asocia a la elevación hacia el cielo y que acaba con el Sol, símbolo de la continuación de la Creación.
Las pirámides, necesarias para seguir existiendo
Toda esta historia de la cultura egipcia, que está documentada y ha requerido de siglos de investigación para comprender, nos dice una cosa: los faraones estaban obsesionados con el cielo, las estrellas, el Sol, seguir viviendo y también con las colinas.
Por eso, vemos en textos egipcios, explícitamente, que las pirámides eran “una evolución de la colina primordial”.
- Eran un símbolo creacional y por tanto resurreccional. Dicen los textos egipcios: “Como quiera que reproduce la colina primordial, primer ente de la creación”.
- Eran un símbolo ascensorial. “Como quiera que el demiurgo se elevó a partir de ella al cielo, de manera que el rey difunto se elevará al cielo y así resucitará”.
- Eran también un nuevo ente creado y una marca en el paisaje. “ Igual que la colina primordial entre las aguas“.
Los egipcios invirtieron una parte enorme de sus recursos en construir las pirámides, porque eran símbolo de toda su cultura, eran objetos que representaban todos sus sentimientos y deseos. Toda una civilización dispuesta a acometer proyectos de ingeniería jamás vistos, porque estaba en sus raíces culturales. Esta necesidad es una lección que tenemos que aprender todos, sobretodo para los retos globales a los que nos enfrentamos actualmente.
Las pirámides, símbolo de conocimiento
A su manera, los faraones vieron en las pirámides una oportunidad para dejar su conocimiento y su espiritualidad para la posteridad. Al principio, los faraones se enterraban en mastabas, pero a medida que su cultura Heliopolitana de la Creación siguió aumentando, sintieron necesidad de crear estructuras que creían les podían salvar. Ya desde comienzos del dinástico, la monarquía faraónica realizó un progresivo proceso de “solarización”, que extendió la asunción de las creencias solares hielopolitanas y el hecho de que el faraón se considerase como el hijo del dios RA (Dios del Cielo, Dios del Sol).
En realidad, las pirámides son construcciones similares a las de otras culturas muy posteriores en la historia, como por ejemplo la cristiana, levantando catedrales para Jesucristo. La única diferencia es que los monarcas faraónicos estaban vivos en el momento de la construcción de los templos y el pueblo quería que siguiesen vivos para siempre.
Así, en las pirámides se enterraban a los faraones porque de este modo podían ascender a los cielos. Pero además, no desaprovechaban estas mastodónticas obras de ingeniería en sólo eso, sino que las inundaban de textos que mostraban el conocimiento de la época y, sobretodo, su fuerte cultura religiosa.
Los textos que se escribían dentro de las pirámides tenían una funcionalidad mágica. Es decir, la palabra, oral y escrita, se entendía que tenía un efecto “realizativo”. Su pronunciación, o su puesta por escrito, hacía que se hiciese realidad. Por otro lado, tenían un componente ritual, pues se recitaban con ocasión de los funerales del rey (así lo evidencian las continuas referencias a ofrendas que deben ser presentadas) para asegurar que su contenido se verifica.
Otra curiosidad respecto a estos textos. Actualmente hay debate sobre el orden en que deben leerse. Unos creen que, como eran recitados en el momento del entierro del rey, el orden de lectura debe ser del EXTERIOR al INTERIOR, ya que éste es el recorrido que efectuaba la procesión funeraria que llevaba el féretro del rey hasta el sarcófago. Por contra, otros argumentan que, puesto que los textos describen el viaje del difunto de la tierra al cielo, el orden de lectura debe ser del INTERIOR al EXTERIOR, porque éste es el recorrido que hace el rey difunto para poder resucitar.
Se lea como se lea, sabemos que después de ser colocado en el sarcófago de la pirámide, el faraón comenzaba un proceso de regeneración y resurrección. Un viaje que parte en el DUAT (sarcófago/cámara funeraria: mundo inferior) hasta el AKHET (horizonte oriental del cielo: antecámara), por donde surge el Sol desde el mundo interior. El viaje continua por el CORREDOR y el CORREDOR ASCENDENTE que lleva al difunto hasta las ESTRELLAS EMPERECEDERAS. El corredor ascendente está al Norte, llegado al cielo. El difunto termina en el dominio de su padre RA.
Así, el Faraón consigue llegar a las estrellas, fuente de inspiración de toda una civilización y por la que crearon obras de un valor tecnológico sin precedentes en la época. Por ejemplo, para construir la pirámide de Keops hace más de 4600 años, se desplazaron por aguas del Nilo 170.000 toneladas de material, en barcas de madera y posteriormente llegaron al lugar de las obras mediante un sistema de canales (esto está documentado recientemente gracias a un papiro del puerto de Wadi al-Jarf).
Por esta idea, esta obsesión por las estrellas y la resurrección, no sólo los egipcios construyeron pirámides. También lo hicieron aztecas o chinos, por poner algunos ejemplos.
Cómo la tecnología de los antiguos egipcios y nuestra tecnología actual, se conectan directamente con las Estrellas
Primero, echemos un vistazo a la tecnología que tenían los egipcios. Aunque aún no sabemos a ciencia cierta cómo se construyeron las pirámides por falta de documentación (no había planos de construcción como a día de hoy), eso no quiere decir que no tengamos ni idea de cómo lo hacían. Existen diversas teorías, fundamentadas en diversas pruebas, que sí que muestran partes del proceso de construcción.

Por ejemplo, Heródoto en el siglo V a.C., documentó:
“Esta pirámide se edificó de modo y manera que en ella quedasen unas gradas, que algunos llaman escalas y otros llaman altares. Cuando ésta, en su primera forma, se completó, los trabajadores utilizaron cortos trozos de madera como palancas para levantar el resto de las piedras; se levantaron los bloques del suelo al primer nivel de escalones; cuando la piedra ya se había alzado, se situaba en otra palanca que se encontraba en el primer nivel, y la palanca se utilizaba de nuevo para levantarla de este nivel al siguiente. Es posible que hubiera una nueva palanca en cada nivel de las gradas, o tal vez sólo había una palanca, muy portátil, que llevaban a cada nivel, cada vez; dejo esto como incierto, ya que se mencionaron dos posibilidades. Pero una cosa sí es cierta: la parte superior de la pirámide se empezó a pulir primero, luego la siguiente debajo de ella, y finalmente la base y la parte más baja.”
Además de las palancas, también hay evidencia arqueológica del uso de rampas en la Gran Pirámide de Guiza y otras.
Ahora bien. Lo que sí que no tenían los antiguos egipcios era hierro (no había llegado la Edad de Bronce aún). Y, sin embargo, sí que se han encontrado utensilios de hierro, como en la Azuela de Upuaut.
¿Cómo podían tener hierro sí no se había descubierto?
Pues resulta que los egipcios llamaban a este material bia-en-pet: “hierro del cielo”. Es decir, usaban hierro meteórico, que provenía de meteoritos que tenían un 92.5% de hierro.
Puede uno pensar que una pequeña piedra de meteorito en una punta de lanza es algo creíble. Que vieran la caída incandescente desde el cielo de esta roca extraterrestre y quedasen maravillados. Pero recientemente se está desarrollando una investigación muy interesante que os asombrará aún más…

A finales del año pasado, la revista Nature publicó resultados de un proyecto dirigido por Mehdi Tayoubi y Kunihiro Morishima, que afirmaba que existe un ‘enorme vacío’, de al menos 30 metros de largo, dentro de la pirámide de Keops. El equipo utilizó diversas técnicas de inspección no invasiva, incluida una técnica llamada “radiografía de muones de rayos cósmicos“, con la que pudieron visualizar vacíos dentro de la pirámide, sin tener que tocar ni una sola piedra. Los muones son partículas cargadas y pesadas, formadas a partir de las interacciones de los rayos cósmicos con átomos de la atmósfera superior. Así que en esencia se ha usado “tecnología cósmica” para escudriñar el interior de construcciones de nuestros antepasados que intentaban conectar con el Cosmos.
¿No os parece increíble esta conexión con las estrellas?
¡Pues aún hay más!
En un texto de las Pirámides, se dice que el faraón, antes de llegar a las estrellas del norte, tendrá que pasar las “puertas del cielo” y sentarse en su “trono de hierro”.
¡El equipo de Tayoubi y Morishima creen que dentro de la supuesta nueva cámara encontrada, hay un trono del faraón hecho de hierro meteórico!
Así que al final, la historia de hace más de 5000 años en Egipto se desarrolló mirando a las estrellas. Ahora usamos partículas que vienen de las estrellas para comprender estas construcciones y, por si fuera poco, puede que encontremos en su interior material que proviene del Espacio Exterior. Se cerraría así una increíble historia que conectaría al ser humano durante milenios a través del Cosmos.
Comprender la tecnología a través de la historia puede ser simplemente bello.
Clara Valero
Hawass, Zahi. “Pyramid Construction. New Evidence Discovered at Giza”
Lull García, José. “La astronomía en el antiguo Egipto”
Discovery of a big void in Khufu’s Pyramid by observation of cosmic-ray muons; Kunihiro Morishima, Mitsuaki Kuno[…]Mehdi Tayoubi; Nature volume 552, pages 386–390 (21 December 2017)
Creo que falta información en este artículo en cuanto a aspectos fundamentales del tema tratado. No está demostrado científicamente cómo ni quienes construyeron una obra tan extraordinariamente precisa y sofisticada y de semejantes proporciones (elementos que no se comentan), sencillamente por ahora es inexplicable. Pregúntale a un ingeniero o un arquitecto (mejor que a un arqueólogo) que conozca datos técnicos o que simplemente haya estado al pie de la pirámide llamada de Keops, por los comentarios de Heródoto y verás cómo se insinúa una sonrisa en sus labios. Por cierto, ni eran tumbas (no han aparecido evidencias de ningún tipo al respecto) ni en su interior hay inscripción alguna (cosa inexplicable, dada la afición que tenían los egipcios a expresarse con grabados de todo tipo en toda su arquitectura. Personalmente, de lo que no conozco suficientemente prefiero callar.
“Personalmente, de lo que no conozco suficientemente prefiero callar.”
Está todo más que explicado, menos canal Historia.
Esto CES para que comenta
Falta con que se construyeron las pirámides egipcias no tiene mucha información
si les falto las razones de los egipcios para construir las obras tan monumentales
Me ha guustdoooo pero es un poco largo para mi proyecto de preescolar pero bueno los niños de 2 años se lo aprenderan seguroooooooooooooo
graciasss
Qué bien!! Seguro que a los pequeños también les encanta!