Cada vez hay más conversaciones en las empresas sobre la importancia de aprovechar el potencial de la tecnología y de las múltiples herramientas que salen al mercado. Existe mucha información de esta denominada “transformación digital” a través de diferentes medios y, a la par, mucha carencia en la definición del contexto de las personas en este cambio: ¿cuáles son sus emociones, sus sentimientos, sus intereses, sus miedos…? ¿Tienen en cuenta los directivos a las personas en la Transformación Digital?
Poner el foco en las personas evitaría el hecho de seguir ofreciendo, en muchos casos, más de lo mismo
Parece obvio que el proceso de transformación digital, en cualquier organismo, consiste en saber aprovechar las oportunidades que ofrecen las diferentes herramientas tecnológicas, para poder aportar nuevas soluciones que sirvan para mejorar. Sin embargo, hay un factor determinante a tener en cuenta y que se echa de menos en la mayoría de entidades: una vocación auténtica y pasional de servicio, alineada con todas y cada una de las personas que forman parte de este cambio.
Aunque son cada vez más las organizaciones que se suben al carro de la revolución tecnológica, y pese a toda la información existente, sigue habiendo bastante desconocimiento sobre cuáles son las herramientas necesarias para conseguir crecer en el mercado. También insuficiente formación para saber cómo utilizarlas. Igualmente continúa brillando por su ausencia una comunicación eficaz interna y externa, básica para seguir evolucionando.
El grado de implicación de algunos altos cargos y responsables, principales impulsores y promotores de la ejecución de esta revolución digital, podría incrementarse mucho más. Una buena disposición es necesaria, pero no suficiente en estos tiempos.
Invertir en formación e innovación digital, pensando en las personas
Por tanto, además de realizar tareas tan importantes para cualquier negocio como optimizar procesos, adaptar los modelos de gestión, detectar y anticiparse a problemas, implantar productos y metodología, analizar, medir y monitorizar… es totalmente imprescindible invertir en formación e innovación, asumir riesgos, fomentar una cultura de unión basada en valores, atender necesidades personales, buscar ayuda para ofrecer nuevas soluciones, tomar decisiones colectivas, motivar, colaborar…
La transformación digital no es sólo implementar herramientas digitales. El objetivo es generar valor y crear nuevas realidades tecnológicas, desde el descubrimiento y el desarrollo del potencial que cada cual tenemos, transmitiendo desde dentro esa imagen global totalmente coherente, humana, cercana, social, veraz.
Me pregunto desde hace años qué sucedería si diésemos más rienda suelta a nuestra creatividad, canalizándola hacia la mejora de este mundo en constante evolución. Debemos poner más el foco en las capacidades maravillosas y únicas en las personas. Por ello, cuando se habla en las compañías y en diversos foros sobre la estrategia digital, echo de menos intensamente la existencia de una auténtica conexión con las personas y el interés real por conocer cuáles son sus pasiones, ilusiones, talentos, quizás dormidos o apagados, fruto de la desmotivación, la rutina, la falta de valoración y el reconocimiento.
Echo de menos que, en las conversaciones de transformación digital, se ponga sobre la mesa el objetivo de contribuir al crecimiento de las personas, que a su vez redundará en otros beneficios. Cuidar a las personas para poder ofrecer nuevas soluciones que resuelvan problemas y necesidades, potenciando el bien común, ese en el que todos ganamos. La transformación digital no será efectiva si no empieza por las personas.
La transformación digital es un camino a recorrer de la mano juntos
La transformación digital implica a toda la compañía y la permite brillar en su unicidad, aportando valor a todas y cada una de las unidades de negocio transversales. Pero para ello hay que potenciar y permitir caminar en equipo, unidos, conectados, ilusionados, haciendo uso de toda la información y herramientas necesarias, avanzando juntos hacia la consecución de objetivos comunes.
¿Qué sería lo peor y lo mejor que podría pasar si se apostara por generar este cambio, positivo en la cultura de las compañías? ¿Qué pasaría si se conectara a todas las personas que quisieran formar parte desde esta nueva visión?
Creo fervientemente que el efecto multiplicador de la transformación digital consiste en apostar por la innovación tecnológica totalmente ligada al cuidado, crecimiento, desarrollo y bienestar de las personas, sean éstas denominadas clientes, empleados, colaboradores, patrocinadores o socios.
Reflexión
Si te apetece crear valor en tu entorno, te animo a preguntarte lo siguiente.
A modo individual…
- ¿Cuánta importancia doy a las personas?
- ¿Cómo comunico?
- ¿Cómo comparto la visión, el impacto, las oportunidades,…de las nuevas tecnologías en mi entorno?
- ¿Me ocupo de estar al día en las tendencias de tecnología?
- ¿De qué manera promuevo el uso de herramientas digitales?
- ¿Ofrezco e impulso a las personas de mi entorno a participar en eventos tecnológicos de interés y adquirir nuevos conocimientos?
- ¿Para qué utilizo exactamente la tecnología?
- ¿Cómo oriento y responsabilizo a los demás en la transformación digital?
Sobre la compañía…
- ¿Cómo se incluye a las personas en los procesos de transformación digital?
- ¿Qué acciones se realizan para conocer los intereses de las personas y procurarlos?
- ¿Qué pasaría si se implantaran formas de trabajo más flexibles y efectivas en la organización?
- ¿Cómo es el clima en la empresa?
- ¿Qué tipo de entornos existen para generar ideas e innovar?
- ¿De qué forma está involucrada cada persona en la estrategia de transformación digital de la compañía?
- ¿Quién es la principal embajadora de marca?
- ¿Cómo estamos enfocando el negocio digital?
- ¿En qué medida se detectan y solucionan problemas?
- ¿Qué se hace exactamente para detectar necesidades y poder ofrecer nuevas soluciones?
- ¿Cómo se obtiene el conocimiento del comportamiento de todas y cada una de las personas que se relacionan con la organización: personal, clientes, socios, competidores,…? ¿De qué manera se interactúa con ellos?
- ¿Qué procedimientos se siguen para adaptarse a los cambios? ¿Cómo se apoyan e impulsan?
- ¿De qué manera se realiza la conectividad transversal?
- ¿Cómo se aporta valor?
- ¿Se hace algo para ofrecer información en tiempo real y mejorar procesos?
- ¿En qué y cómo se innova?
- ¿De qué manera se colabora?
De nada sirve diseñar una Transformación Digital sin tener en cuenta el mayor activo de una compañía: las personas.
Reblogueó esto en Arcanus's Random Stuffs.
Muy claro, diáfano y útil. Y cómo podríamos poner nuestras pequeñas semillas para que se comprendiera?
Gracias Raquel !
Muchas gracias, Mar. Estamos en ello, sembrando :-). En mi opinión, dar ejemplo puede contribuir a una mejor comprensión ;-).
Gracias Raquel, es importante intentar que no dejemos de ver a las personas como el verdadero valor de la innovación futura.
Así es, valorando, cuidando y contribuyendo al crecimiento de las personas, lo demás llegará rodado ;-).