Kuzergast ha publicado un revelador vídeo que explica cómo la mejora de la vida de las personas en países menos desarrollados, mejora nuestras propias condiciones, por lo que hacer del mundo un lugar mejor debería ser objetivo de todos, aunque fuese por un motivo egoísta.
El vídeo surge de una colaboración con Max Roser y Our World in Data, y está respaldado por la asociación Bill and Melinda Gates Foundation. A continuación podéis visualizarlo y leer nuestra adaptación a texto de todo lo que se explica.
La extrema desigualdad del mundo pre-tecnológico
No hace tanto tiempo, la gran mayoría de la población mundial trabajaba en el campo
y la producción económica se generaba casi en su totalidad de la producción agrícola. Esta producción estaba limitada por el tamaño del terreno, de modo que la producción total de la economía mundial no cambiaba mucho con el paso del tiempo.

Si reducimos los bienes y recursos mundiales totales al reparto de una tarta, podemos asumir que en el pasado el tamaño de la tarta era constante. El mundo estaba estancado, los recursos siempre eran iguales. La única manera de mejorar era que alguien empeorase. Si conseguías una porción de la tarta mayor, había alguien que se quedaba con una ración menor. Si querías más comida, más recursos, más bienes, entonces tenías que conquistar, saquear y robar a otras personas. La pérdida del vecino era tu ganancia. Éste ha sido el funcionamiento del mundo durante miles de años. Las comunidades y los países se invadieron unos a otros constantemente para obtener más partes del pastel. La desigualdad económica era extrema. Era una economía de suma cero.
La llegada de la Revolución Industrial lo cambió todo
Entonces llegó la Revolución Industrial y lo cambió todo. Desarrollamos maquinaria, mejores cosechas, mejores fertilizantes, nuevos modelos organizativos… La producción agrícola se disparó, y ya no sólo producíamos más alimento, sino que cada sector industrial explotó en términos de productividad.
Por ejemplo, desde 1700 hasta 1870, la producción de hierro en Gran Bretaña se incrementó 137 veces. La Revolución Industrial derivó en un crecimiento inimaginable en la producción económica mundial.

Ésto alteró la naturaleza de nuestras sociedades; cambió el mundo. Pasamos de una economía de suma cero, a una economía de suma positiva. Habíamos encontrado un método para crear un pastel cada vez mayor. Pasamos de tener siempre la misma tarta a repartir, a otra tarta que iba creciendo cada año.
El modelo económico de suma positiva
Este desarrollo sigue expandiéndose cada día. Que haya continuos progresos en todos los sectores de la economía nos parece normal, pero el cambio de un modelo económico estancado a otro que implicaba un continuo crecimiento, ha sido el mayor cambio en la historia de la humanidad.
Pero, ¿cómo fue esto posible?

En la esencia de esta masiva transformación la clave es que aparecen nuevas ideas que llevan a la innovación. La innovación tiene muchas definiciones diferentes, pero en este contexto nos referimos a mejores soluciones para problemas existentes o incluso a problemas que no sabíamos de su existencia.
Cuanto más innovas y solucionas, descubres nuevos problemas más complejos e interesantes. Tus deseos y necesidades van evolucionando. Por ejemplo, el ciudadano promedio en Noruega quizás quisiese tener un muy buen calzado hace 250 años. Hace 150 años atrás, quizás fuese una bicicleta. Hace 80 años, deseaba un coche. Hace 30 años, un viaje en avión barato. Y así en adelante.
Una vez que obtenemos lo que queremos, no nos detenemos, comenzamos a ver cómo podemos mejorar todo lo que nos rodea y cómo podemos seguir progresando.
Si mejora tu vecino, mejoras tú también
El nuevo mundo de suma positiva ha existido durante tan solo un 0.1% de la historia humana. Aunque para nosotros nos parezca que mejorar y mejorar es algo normal y habitual, a escala “humana”, todavía tenemos que seguir adaptándonos a esta realidad productiva.
Un mundo de suma positiva tiene una consecuencia que no es muy intuitiva. Resulta que en un mundo de suma positiva, está en tu propio interés personal y egoísta que cada humano en el planeta esté en buenas condiciones de vida.

Si la gente de otros países que nunca has oído están prosperando, en el mundo actual eso acabará repercutiendo en tu propio beneficio. Hay, por lo tanto, un argumento egoísta para hacer del mundo un lugar mejor.

La oferta innovadora aumenta cuanta más gente tiene la libertad y la educación necesarias para contribuir en todo tipo de servicios, productos o nuevas invenciones. Si alguien sin recursos consigue mejorar, se transformará en inventor, investigador, ingeniero o pensador. Aportará que nuevas ideas a la humanidad.
La demanda de ideas incrementa a medida que la gente se vuelve rica y puede pagar por nuevas soluciones a sus nuevos problemas. Así que si una gran cantidad de gente quiere y puede pagar por algo nuevo, va a obtener la atención de los innovadores.

Mejorar la calidad de vida de aquellos que están peor que tú, tiene un efecto multiplicador. Incrementa la demanda de ideas mientras que al mismo tiempo hace que sea más fácil que las ideas sean producidas.
¡Hay tanto potencial humano que está siendo desperdiciado ahora mismo! El trabajo de un granjero en un país en vías de desarrollo no es directamente beneficioso para ti. Pero si mejora su situación, sus hijos quizás vayan a la universidad y consigan desarrollar cosas útiles para ti en el futuro.
Buscando la innovación descentralizada
En vez de tener algunos grandes lugares de innovación en el mundo desarrollado, sería más interesante tener muchos puntos de innovación más pequeños alrededor de todo el mundo. De este modo, la producción de innovación de la humanidad sería varias veces mayor a lo que es ahora mismo.
Mientras más gente quiera lo mismo que tu quieras, será más fácil que lo obtengas. Eso es lo que significa vivir en un mundo de suma positiva. No obtienes más recursos si los pobres se mantienen pobres. Si los pobres se vuelven más ricos, contribuirán con ideas y harán crecer el pastel global.

¿Te gusta estar vivo?
Un par de mil millones de personas que paguen por investigación médica podría literalmente salvar tu vida. Está en tu interés que la gente alrededor del mundo mejore su situación actual. Cuanto más rápido nos acerquemos a esta versión del mundo, mejor te beneficiará en lo personal a ti. Sin importar cuál es tu motivación, hacer un mundo mejor siempre va a ser positivo para ti.
Para otros, y para ti.

Reblogueó esto en Arcanus's Random Stuffs.