En la segunda semana de la iniciativa #1semana1ods se ha profundizado en el reto de acabar con el hambre. En este artículo se muestra el preocupante aumento del hambre del mundo según los últimos informes de la ONU, cómo se puede solucionar el problema (sí, es posible) y cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar a cumplir con este reto para la humanidad.
¿Cuál es la situación del hambre en el mundo?
Un nuevo informe presentado el 22 de marzo de 2018 alerta sobre los niveles crecientes de hambre aguda en el mundo. Unos 124 millones de personas en 51 países se vieron afectadas por la inseguridad alimentaria aguda en 2017, 11 millones más que el
año anterior, según la última edición del Informe mundial sobre crisis alimentarias.
Después de un descenso prolongado durante bastantes años, este reciente incremento es alarmante. La situación de la seguridad alimentaria ha empeorado en determinadas zonas del África subsahariana, Asia sudoriental y Asia occidental, y se ha observado un deterioro sobre todo en situaciones de conflicto, a veces acompañadas de sequías o inundaciones.
El número de conflictos también está aumentando. Los conflictos, agravados por perturbaciones relacionadas con el clima, afectan considerablemente a la seguridad alimentaria y son, en gran parte, los causantes del reciente aumento de la deficiencia alimentaria.
Las personas que viven en países afectados por conflictos tienen más probabilidades de padecer inseguridad alimentaria y subalimentación. Las últimas estimaciones de la FAO referentes a 2016 indican que 815 millones de personas en el mundo —equivalente a poco más de 1 de cada 9— están subalimentadas. La mayoría de ellas (489 millones) vive en países que hacen frente a situaciones de conflicto, violencia y fragilidad.
Por lo tanto, existen dos objetivos claros:
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Acabar con los conflictos en cualquier lugar del mundo.
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Frenar el cambio climático
Por eso, el llamamiento humanitario de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) para 2018 se centra en ayudar a las personas vulnerables y golpeadas por las crisis en 26 de los países con mayor inseguridad alimentaria del mundo. Los inacabables conflictos en Irak, Sudán del Sur, la República Árabe Siria y el Yemen y otros lugares, así como los nuevos brotes de violencia en la República Centroafricana, la República Democrática del Congo y Myanmar han jugado un papel importante en el aumento del hambre. En el Caribe, los huracanes Irma y María dejaron vidas y medios de subsistencia devastados, mientras que en el Cuerno de África, la actual sequía se ha cobrado un alto precio. En toda África, la plaga de la oruga tardía amenaza los cultivos de millones de agricultores.
PEACE AND FOOD SECURITY: Investing in resilience to sustain rural livelihoods amid conflict

Erradicar el hambre en el transcurso de nuestras vidas es posible
El reto del ‘Hambre Cero’
Es posible, pero se necesitan esfuerzos integrales encaminados a asegurar que cada hombre, mujer, niña y niño, pueda ejercer su Derecho a una Alimentación adecuada. Requerirá que los sistemas alimentarios sean sostenibles y resilientes. Con menos del 1% anual de los ingresos conjuntos de los países más ricos del mundo, se podrían alcanzar grandes cotas de igualdad.
Además, como ya vimos en este artículo, mejorar la condición de población en países poco desarrollados, acaba mejorando la vida de las personas en los países más desarrollados.
Eliminar el hambre implica inversiones en agricultura, desarrollo rural, trabajo decente, protección social e igualdad de oportunidades. Por su parte, traerá beneficios globales, pues supondrá una contribución importantísima a la paz y a la estabilidad mundial.
Erradicar el hambre también implica proporcionar una mejor nutrición para todos, especialmente para las mujeres, desde el inicio de la gestación, y para los niños menores de dos años.
La Agenda de la ONU para acabar con el hambre en el mundo antes del año 2030
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición (2016-2025) instan a todos los países y partes interesadas a trabajar conjuntamente para erradicar el hambre y prevenir cualquier forma de malnutrición en 2030.
Este es el camino:
7 Soluciones tecnológicas para combatir el hambre
El hambre es el síntoma más evidente y desgarrador de la falta de progreso. Sabemos que los avances científicos y tecnológicos siempre ayudan a luchar contra esta falta, pues en definitiva son desarrollos del ser humano encaminados a mejorar su forma de vida.
El problema, evidentemente, es que una sociedad hambrienta no puede invertir sus esfuerzos en innovar, inventar o mejorar tecnológicamente. Las personas buscan sobrevivir. Debemos, por lo tanto, llevar la tecnología a las zonas menos desarrolladas. De este modo, el progreso tecnológico de zonas más desarrolladas se acaba transfiriendo a los lugares donde el hambre y la pobreza están más extendidos.
A continuación, exponemos algunos ejemplos de cómo la tecnología puede ayudar a acabar con el hambre en el mundo:
1 – Herramientas digitales que ayuden a identificar la pobreza
El primer paso para solucionar un problema es identificarlo. Para ello se están dando pasos en crear soluciones o herramientas que ayuden a instituciones, gobiernos e incluso empresas privadas a localizar dónde hay pobreza y en qué grado es la misma. Un ejemplo, es Poverty Stoplight.
2 – Internet gratis y smartphones asequibles
Entre los planes de Google, Facebook y Elon Musk está dar Internet a todo el planeta Tierra. Cuando esto ocurra, cambiaremos las tornas del progreso humano completamente. La gente más desfavorecida podrá encontrar información que le ayude a crear los medios propios que mejoren su condición productiva.
3 – Agricultura más productiva
En palabras de Bill Gates:
“Se trata de aumentar la productividad de los alimentos … mejores cosechas, mejores ganado, para que podamos duplicar la productividad en toda África. Existe únicamente una quinta parte de la productividad en África que la que tenemos en Europa y los Estados Unidos”
WeFarm, una red social para agricultores, esta permitiendo que cuando un agricultor en África ve algo extraño sobre sus cosechas, envía un mensaje al WeFarm local. La pregunta se procesa y se envía a los miembros selectos de la comunidad de mensajería. Se recibe una respuesta útil en cuestión de minutos. De este modo, se puede ayudar a los agricultores a mejoras sus técnicas de agricultura.
4 – Nuevas semillas
La baja diversidad de semillas en lugares poco desarrollados conduce a desnutriciones y baja productividad agricultura. Simplemente introducir nuevas variedades de semillas, lo cual tiene un coste increíblemente bajo, mejoraría ambos factores.
En este punto, la biotecnología y los transgénicos pueden ayudar a crear alimentos más ricos en nutrientes, como por ejemplo con el prometedor arroz dorado.
5 – Drones para el cultivo
Con un muy bajo coste, peso y manutención, un único dron puede plantar millones de semillas en amplios terrenos. Además, puede ser automatizado y complementado con imagenes satelitales, que identifiquen dónde y cuando sembrar.
La agricultura basada en drones, ya sea o no autónoma, va a revolucionar la agricultura fundamentalmente en Asia y en África. Llamamos a este tipo de agricultura “Agricultura de Precisión”, al mapear el terreno y aplicar acciones de agricultura sólo donde se precisa.
6 – Agricultura en vertical
Las tierras fértiles escasean; la desertización destruye anualmente unos 12 millones de hectáreas de tierra cultivable, una superficie equiparable a la mitad del Reino Unido. La demanda de tierra cultivable aumenta puesto que cada vez más gente elige un estilo de vida occidentalizado y basado en el consumo de carne. El ganado y los cerdos también necesitan alimento.
“Aumentando la cantidad de tierras dedicadas al cultivo, no se logrará suplir más que un 10% de la demanda global adicional. Es necesario que completemos el resto aumentando el rendimiento de esas tierras” – Dr. Harald von Witzke, profesor de Comercio y Desarrollo Agrícola Internacional de la Universidad Humbolt de Berlín
En unos diez años, la mitad de los alimentos producidos en Japón saldrán de fábricas de plantas verticales. La agricultura vertical es el futuro para muchos países. Diez hectáreas de terreno equivalen, de media, aproximadamente a una hectárea en interior.
Además, a las verduras cultivadas en fábricas no les afectan los cambios de estación, la plagas de insectos ni las sequías. De hecho, un entorno artificial saca a la luz todo el potencial genético de cada grano y, además, requiere de escasamente un tercio del agua y un cuarto del fertilizante que el entorno natural. Las fábricas de verduras tampoco necesitan pesticidas.
7 – Maquinaria agrícola inteligente
Si los agricultores compartiesen sus datos de cosechas, los ingenieros agrónomos podrían usarlos para crear recomendaciones automatizadas. Al avanzar la temporada, los agricultores recibirían simulaciones, cada vez más fiables, que les indicarían la repercusión de cada una de sus decisiones sobre el cultivo.
La robótica y el IoT pueden complementar la solución para tener una agricultura más eficiente en todo el planeta.
En definitiva, toda tecnología puede ayudar. En la siguiente infografía, podemos ver más ideas y datos:
La tecnología es una herramienta muy eficaz para conseguir el reto del ‘Hambre Cero’, pero no podemos olvidar que una herramienta sólo sirve si se utiliza con criterio. Lo fundamental es que entre todos usemos los medios que tenemos para trabajar como una especie unida y planetaria. Hay suficiente alimento y riqueza para repartir entre toda la humanidad varias veces, y vivir todos en un estado de bienestar indiscutible.
El reto de acabar con el hambre está en manos de todos y cada uno de nosotros.
Fuentes: BASF, ONU, FAO, Fundación Telefónica,
4 comentarios en “#1semana1ods – #ODS2, Poner fin al hambre en el mundo”