El inicio de 2018 trajo consigo un concepto, que, si bien no es nuevo para muchas regiones del globo, sí es la primera vez que surge en el contexto de una gran urbe, como es Ciudad del Cabo. Múltiples medios de comunicación se han hecho eco del llamado “Día Cero”, el día en el cuál los recursos hídricos de esta ciudad serán técnicamente insuficientes para cubrir la demanda de agua de la segunda metrópolis más poblada de Sudáfrica.
Más allá de las connotaciones “pseudo-apocalípticas” del concepto, lo cierto es que se trata de la primera vez que una gran ciudad declara oficialmente su incapacidad de cumplir con las necesidades de agua de la población a partir de una fecha determinada. Pese que inicialmente el día en cuestión era pronosticado en el actual mes de Abril, lo cierto es que se ha desplazado varias veces en el tiempo, situándose actualmente en el 9 de Julio. Sin embargo, la seriedad de la situación va más allá de establecer una fecha. El efecto del conjunto de la información, mal gestionado por el gobierno local, ha sido crítico sobre el frágil equilibrio de una sociedad con un largo historial de conflictos y desigualdades pasados. La alarma social creada no solo amenaza con desplomar la economía del país, sino que a este hecho hay que añadir la posibilidad de disturbios importantes.
Mientras que los conflictos geopolíticos de la segunda mitad del siglo XX han tenido como telón de fondo los recursos energéticos, lo cierto es que, desde hace años, son numerosas las voces que han pronosticado que este papel sería desempeñado por el agua en los conflictos del nuevo siglo. Algunos modelos desarrollados para predecir los efectos del cambio climático, aún siendo objeto de discusión en varios círculos científicos, pronostican que en apenas 10 años más de la mitad de la población mundial vivirá en zonas de estrés hídrico severo. Este hecho remarca la importancia que el agua tendrá en las decisiones políticas y relaciones internacionales de los próximos años.
La mejor forma de conocer la situación actual, así como entender la importancia del agua en los inicios de este milenio es acercarse a los puntos del globo donde tradicionalmente el agua ha sido fuente de poder, control y conflicto.
La cuna de la civilización
La historia sitúa el origen de la civilización en la región comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates, conocida como Mesopotamia, la actual Irak. La región que vio nacer las primeras ciudades sumerias y el imperio babilónico, ha sido durante siglos foco de importantes conflictos hasta nuestros días. Más allá de motivos religiosos o culturales, el agua de estos ríos ha supuesto un conflicto continuo entre las diferentes naciones que han habitado o habitan esta región, especialmente cuando la gran mayoría de los recursos hídricos de una región con superficie similar a Centroeuropa, se encuentran recogidos en las cuencas de tres grandes ríos: el Jordán, el Tigris y el Éufrates.
Un ejemplo de ello, es la presa de Atatürk. Construida durante los años ochenta del pasado siglo, se levantó sobre el cauce del río Éufrates dando lugar al embalse del mismo nombre. Su central hidroeléctrica fue puesta en funcionamiento en 1992, proporcionando suministro eléctrico a la región de la Anatolia Suroriental. Ya desde el proceso de ejecución del proyecto, Turquía ha mantenido una disputa continua con Siria e Iraq debido al considerable descenso del caudal que supone esta estructura hidráulica.


El Tíbet: La torre de agua asiática
No es desconocido para el público el conflicto ancestral que mantiene el Tíbet con China, pero las que sí son menos conocidas, son algunas de las razones que potencian el interés del gigante asiático en esta región del Himalaya.


Más allá de las históricas rutas de comercio con occidente o de los importantes yacimientos de metales que guarda, el Tíbet es el punto de nacimiento de los ríos más importantes del continente asiático: el Mekong, el Yangtzé, el Indo y el Amarillo. De estos, tres de ellos suponen el suministro hídrico Grandes cantidades de peces muertos aparecidas en río de Chinade la mayor parte del territorio chino, razón clave para los intereses estratégicos de esta nación.
Sin embargo, el mayor reto al que deberá enfrentarse China en un futuro próximo es la contaminación de estos ríos que ha provocado que en varias zonas de su recorrido, la población sufra enfermedades derivadas y el hastío hídrico de los cultivos. Todo ello acompañado de un panorama en el que la demanda de agua por parte de la población se ha visto disparada de forma exponencial.

El corazón de África
El río Zambeze y las cataratas Victoria son emblemas de los hitos de la exploración británica a mediados del siglo XIX, época en la que el doctor Livingstone exploró el curso superior de uno de los ríos más representativos del continente africano. Casi 200 años después, la situación en torno a este río es compleja, en parte fruto de la herencia colonial de esta época.


El curso del Zambeze atraviesa varios países que hacen uso de sus aguas para suplir sus necesidades hídricas: Zambia, Angola, Namibia, Congo, Zimbabue y Mozambique. Esto supone que se trate de uno de los ríos más sobre utilizados del mundo.
Este caso es un claro ejemplo de cómo una gestión irresponsable del agua puede llegar a provocar conflictos armados entre naciones. Debido a una crecida sin parangón en las aguas del Zambeze, en el verano del año 2000, a su paso por Zimbabue, el gobierno de este último país, decidió llevar a cabo un desembalse en la presa del lago Kariba, provocando un desastre humanitario en Mozambique, situado en el curso bajo del río. Este hecho supuso un aumento de la tensión entre ambos países hasta el punto de situarse al borde de la guerra.

Un reto global para toda la humanidad
Uno de los retos más importantes a los que se enfrenta la sociedad del siglo XXI pasa por una gestión integral y más responsable del agua. La complejidad de esta meta se debe esencialmente a la cantidad de factores que intervienen, tanto de carácter natural como antrópico. Es quizás, esta segunda variable del problema, la que supone un mayor desafío dado que aglutina agentes e intereses muy dispares, difícilmente modelizables.
En este punto, las tecnologías, y en particular las tecnologías de la información, pueden situarse como un poderoso aliado a la hora de adoptar las decisiones más adecuadas como fruto de un proceso consensuado que tiene en cuenta todos y cada uno de los intereses y necesidades. Eso sí, siempre desde la responsabilidad social y ecológica.
Por ello los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU son tan importantes. Esta semana, dentro de la iniciativa #1semana1ods, se ha explorado el ODS 6, que busca garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para toda la humanidad. Las Naciones Unidas centran el problema en que la sequía recrudece el hambre y la desnutrición. Debemos incluir también los conflictos armados o geopolíticos en esta compleja situación, para resolver el problema de forma globalizada.
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Interesantísimo artículo publicado por Puentes Digitales.
Reblogueó esto en Arcanus's Random Stuffs.
La foto del glaciar es del Glaciar Perito Moreno en Patagonia Argentina!!!!!!!!!!!!!!!!!!