Casi todas las personas con cierta frecuencia pensamos sobre nuestro futuro profesional, pero no siempre tenemos claridad a la hora de ordenar nuestros pensamientos o llevarlos a la práctica.
Es muy humano el espíritu de mejora, de evolución, conseguir nuevos retos buscado una vida mejor. También es muy humana la tendencia a usar los periodos que nos indican el comienzo de una nueva etapa para plantearnos estos cambios: principio de año, la vuelta al trabajo después del periodo vacacional, tras un despido, etc. Nuestro cerebro da por cerradas unas etapas para dar otras oportunidades a los deseos y expectativas que nos gustaría alcanzar.
Este impulso, puede ser poderoso, pero en ocasiones sólo conduce a propósitos y no a objetivos. El desarrollo personal no se suscribe sólo a un impulso, temporal, de mejora en momentos puntuales, es una necesidad más íntima, presente, fuerte y persistente.
Diferencia entre propósitos y objetivo
Propósito: ánimo o intención de hacer algo. Objeto o cosa que se pretende conseguir.
Objetivo: Objeto o situación que se pretende alcanzar como resultado de una acción o estrategia.
Como vemos son términos que se parecen pero son totalmente distintos. Uno se queda en el deseo de obtener un beneficio o mejora en el futuro; el otro añade la acción, la planificación como parte ineludible para alcanzar ese deseo.
Mejora tú para mejorar tu carrera laboral
El desarrollo profesional está intrínsecamente vinculado al desarrollo personal, ya que la persona y el profesional siempre están unidos. En la medida que haya coherencia en la forma de actuar en estos dos ámbitos, más cerca estaremos de lograr nuestros objetivos.
El desarrollo profesional y personal son un acto de hacernos responsables de nuestro crecimiento, que no puede estar en manos de otros. Somos nosotros los que debemos liderar la hoja de ruta de nuestra vida en todos sus ámbitos. Esto implica hacernos conscientes de lo que nos ocurre, cómo nos sentimos, qué necesitamos, por qué y para qué lo necesitamos. Entender esto favorecerá el cambio que decidamos emprender, ya que nos haremos responsables de lo que nos está ocurriendo. Nosotros decidimos y nos responsabilizamos de cambiar las cosas.
Planificando tu desarrollo personal
El artículo que queríamos compartir con vosotros hoy es una reflexión conjunta sobre cómo definir, planificar y llevar a cabo un plan de desarrollo personal con el que poder preparar vuestro futuro, así como los posibles retos que tengáis que asumir.
Todas las oportunidades y sueños pueden hacerse realidad. Somos dueños de nuestro destino y podemos moldearlo. Debemos tener clara nuestra visión de hacia dónde queremos ir y establecer unos objetivos claros y un plan de acción que nos lleven desde donde estamos hasta donde queremos llegar.
Reflexión y definición de objetivos
El primer paso en la definición de un plan de desarrollo es definir cuáles son nuestros objetivos y para ello os invitamos a que os reservéis un espacio de tiempo de calidad en el que podáis estar plenamente centrados en dicha reflexión.
¿Cuánto tiempo dedicáis normalmente a vuestro plan de desarrollo?
Es curioso, pero dedicamos muchísimo tiempo a multitud de tareas, desde las más básicas hasta las más complejas, pero para algo que es tan importante y relevante en nuestras vidas y en nuestro futuro, apenas somos capaces de dedicarle tiempo o no en la proporción que realmente requiere.
Es muy importante definir correctamente los objetivos para poder establecer acciones de desarrollo que estén alineadas con la consecución de los mismos. También es muy importante que intentéis detallar lo máximo posible dichos objetivos.
Para definir los objetivos es importante que os planteeis una serie de preguntas:
- ¿Para qué quiero lograr esos objetivos?
- ¿Cómo os sentiríais si los lograseis?
- ¿Cómo encajan dentro de vuestro proyecto de vida?
- ¿Qué debo invertir (a nivel personal y recursos) para lograrlos?
- Una cuestión que a veces olvidamos plantearnos es la de ¿qué vamos a sacrificar? puede ser tiempo, comodidad, seguridad…, subestimamos esta parte, no evaluamos el impacto de los sacrificios en nuestro día a día hasta que es tarde.
Los objetivos pueden tener diversas formas: lograr un determinado puesto de trabajo, desarrollar algunas competencias, mejorar mis resultados, incrementar mi compensación… Todos ellos son legítimos, pero dentro de esta primera reflexión os invitamos a que de verdad intentéis conectar con aquello que os apasiona y os liberéis de prejuicios, ya que algunos de estos objetivos pueden esconder otra serie de necesidades que son las que realmente estamos buscando (incrementar el salario, por ejemplo, puede ser una búsqueda de reconocimiento por parte de los demás o de cubrir otro tipo de necesidades que a lo mejor pueden cubrirse de otra forma).
Objetivos SMART
De cara a la fijación de objetivos SMART, puede ser interesante utilizar la metodología que se sigue en los procesos de coaching, que se basa en la acción para el aprendizaje. Primero hay que tener una visión de hacia dónde queremos ir (utilizando mandalas y otras fuentes de identificación de necesidades de desarrollo). Después de soñar, toca poner foco a través de la definición de un objetivo SMART y sus acciones e indicadores.
¿Qué significan las siglas SMART?
Significa que tus objetivos de desarrollo deben ser:
- Específicos: los objetivos deben aclarar lo que pretendes conseguir.
- Medibles: tiene que ser posible evaluar el resultado final.
- Alcanzables: que sea factible alcanzar la meta pretendida, teniendo en cuenta los recursos y las capacidades con las que contamos.
- Realistas: que sea posible obtener el nivel de cambio reflejado en el objetivo.
- Limitados en el tiempo: que incluyan una fecha concreta de consecución.
Puede ser interesante que te plantees a quién vas a comunicarle tus objetivos y tu plan de acción. Es decir, se trata de identificar a las personas que te puede interesar que conozcan tu objetivo de mejora (pueden ser un jefe directo implicado en tu desarrollo, un coach, un mentor, tu pareja, etc.).

Análisis de las acciones de desarrollo
A la hora de definir las acciones de desarrollo más adecuadas, debes tener en cuenta la relación esfuerzo/beneficio.
Problemas con los que te vas enfrentar en el proceso:
Los procesos de cambio son etapas muy bonitas, enriquecedoras, de grandes descubrimientos, ser consciente de las emociones, necesidades, estados de ánimo por los que pasamos hace parte del propio proceso de desarrollo. Pero, también, son etapas complejas, incluso duras, no están exentos de momentos de dudas, miedos, contratiempos de los que también debemos hacernos conscientes, transitar por ellos y darles su espacio.
Nuestra propia mente, nuestro cerebro antiguo puede jugar en contra de nuestros objetivos, es bueno que lo sepas, para que seas tolerante contigo mismo.
Simplificando mucho, podríamos decir que tenemos un cerebro inconsciente, responsable de las funciones vitales (como regular niveles de glucosa, presión sanguínea, etc.), y otros procesos mentales inconscientes y además garantiza la supervivencia, este cerebro reacciona con precaución al cambio porque supone un posible riesgo Sin embargo, nuestro cerebro consciente, y lógico, piensa en estos términos: “Sería muy bueno para mi alcanzar este objetivo, mejoraría mi vida, será complicado, pero con esfuerzo lo conseguiré”. En un momento inicial ambas partes están de acuerdo en las ventajas y en la mejora que implica, pero a la hora de poner en marcha el plan, el cerebro antiguo prefiere la comodidad de lo conocido, salir de la zona de confort (zona segura) supone incertidumbre y, por lo tanto, un riesgo.
Luchar contra nuestra propia mente no es sencillo. Nuestro cerebro inconsciente trabaja a todas horas para garantizar nuestra supervivencia, nos bombardea con miles de razones con los que justificarnos (a nosotros mismos y ante los demás) para no seguir el plan definido hacia nuestro objetivo. Esto son las excusas. ¿Cuántas veces has dejado de ir al gimnasio o de ir a correr porque parecía que iba a llover?
Por eso, es tan importante definir un plan, comenzar con metas pequeñas, realizables, que sirvan de empoderamiento, motivación, para afianzar tu voluntad hacia tus objetivos. Dedicar un tiempo a planificar y otro a actuar, ¿qué conseguimos con esto? conseguimos separar pensamiento de acción. Primero vamos a pensar y diseñar un plan de acciones para después llegado el momento centrarnos en ejecutar, no tendremos que evaluar, ni sopesar opciones sólo seguir el planning, de esta forma evitamos un diálogo interno del tipo: “ahora tendría que hacer esto o lo otro, pero ¡uff qué pereza!”, “¿por dónde empiezo?”, “hoy no tengo un buen día, estoy cansado” … y un largo etc. Sin embargo si no tienes que pensar y sólo hacer lo que ya has planificado minimizamos el riesgo de excusarnos.
Y así, para acabar la parte 1 de este plan de desarrollo, os dejamos con un video que os motive aún un poco más!
muchas gracias por compartir, ahora tengo mis metas mas claras