La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió en 2015 designar el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con la esperanza de contribuir a la eliminación de la brecha de género.
La participación de las mujeres en este tipo de carreras está aumentando, pero todavía, según datos de la UNESCO, menos del 30% de los investigadores de todo el mundo son mujeres. Sólo un tres por ciento de las mujeres elige la Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC); un cinco las ciencias naturales, matemáticas y estadísticas; y un ocho por ciento la ingeniería, manufactura y construcción. Esta situación es un problema creciente ya que nos enfrentamos a un mundo cada vez más tecnológico y las oportunidades laborales van a crecer exponencialmente en estos sectores.
Este once de febrero, desde Puentes Digitales, hemos decidido dar voz a nuestras científicas, ocho mujeres de distintos sectores relacionados con la ciencia que son un claro ejemplo de que el mapa científico está cambiando, aunque quede mucho por andar.
LA IMPORTANCIA DE LOS REFERENTES
¿Qué llevó a las científicas de Puentes Digitales a elegir su profesión? Cuando he hecho esta pregunta me he maravillado al ver que la mayoría de ellas me nombraba a una mujer. Para Begoña Martín Fernández, Doctora en Farmacia y Grado en Química, su madre fue la clave. “Fue mi inspiración. Es médico y de pequeña me impresionaba escuchar las respuestas a todos los porqués que planteaba: por qué hay fiebre cuando estamos malos, por qué se hacen radiografías para ver los huesos rotos…”, recuerda.
Esther García, Bióloga y Doctora en Bioquímica y Biología Molecular, recuerda a su profesora de ciencias del colegio. En el caso de Gema Díaz Marugán, Licenciada en CC. Matemáticas, su hermana le “transmitió su entusiasmo por la lógica, y por la llamada ciencia exacta”.
Y para Daniela Albero, Bióloga Molecular, su madre, una gran aficionada a la naturaleza, fue la responsable de despertar su curiosidad por las plantas y los animales. Murió de cáncer cuando Daniela tenía 15 años. “Fue entonces cuando supe que tenía que dedicar mi vida a paliar y evitar dicho sufrimiento, especialmente para los niños”, explica.
En los últimos años ha aumentado la presencia de referentes femeninos en los medios de comunicación, pero su mención en los libros de texto sigue siendo escasa. ¿Y qué hay de los referentes cercanos y accesibles?
En este sentido, Patricia Muñoz Alonso, Ingeniera de Materiales e Ingeniera Técnica Industrial destaca la importancia de mostrar a mujeres cercanas en colegios e institutos. Opina que mostrando solo a científicas de Nobel las niñas pueden pensar que son modelos inalcanzables. “Puede motivarlas más ver que una mujer de su barrio hace ciencia o tecnología”, destaca.
LAS NIÑAS DEBEN SABER QUE PUEDEN
Y esto entronca con otro punto clave: la falta de confianza de las niñas y adolescentes. Conchi Fernández Munín, Licenciada en Ciencias Biológicas y docente especialista en educación digital trata con ello a diario. “Lo que observo es que están muy capacitadas y suelen destacar en materias científicas y tecnológicas pero también se asustan con frecuencia ante la dureza de los estudios que se le presentar”, explica.
¿Y cuál es la razón de este miedo? Para Begoña tradicionalmente “se asocia la brillantez con hombres más que con mujeres, y este prejuicio se adquiere de manera temprana y tiene un efecto inmediato en los intereses de los más pequeños”
Pone como ejemplo un estudio publicado en la revista Science [3] en el que se preguntaba a niños y niñas de distintas edades si una persona, especialmente inteligente, de la que se les hablaba era mujer u hombre. A partir de los seis años la probabilidad de que las niñas considerasen que la persona brillante fuera una mujer eran considerablemente más baja.
LA CONCILIACIÓN ES CLAVE
Por lo tanto, la educación en la familia y en las aulas a la hora de fomentar la igualdad es fundamental. Pero no son menos importantes las políticas sociales que faciliten la conciliación de la vida familiar y el reparto equitativo de tareas dentro de la familia. Si observamos el número de mujeres que estudian carreras relacionadas con la ciencia y el número de ellas que llegan a tener cargos de relevancia los datos son alarmantes.
El 56% de las estudiantes universitarias son mujeres (un 70% en las carreras de salud, un 35% en las de ciencias), y sólo un 39% de los investigadores en España son mujeres. Conforme vamos subiendo de categoría, en el caso de los puestos directivos es aún más notable, se estima que solo el 21% de las cátedras universitarias en España está en manos de una mujer, por ejemplo. Y parece que la razón sigue estando en gran medida en la decisión de ser madre.
“En las etapas iniciales de mi carrera nunca noté ningún tipo de diferencia con mis compañeros. Sin embargo, a medida que he ido avanzando en mi profesión sí que he notado que las investigadoras lo tenemos más complicado en muchos aspectos. Ejemplo de ello es que tengamos que trabajar más duro para poder compensar esa potencial “falta de competitividad” que podemos sufrir cuando somos madres”, explica Eva M. Galán Moya, Bióloga Molecular e investigadora de la Universidad de Castilla La-Mancha.
En este mismo sentido Paloma de la Puente de Ugarte, Bióloga dedicada a la RSC y la Sostenibilidad, explica que las mujeres tienen “un papel muy complicado en la conciliación de la vida laboral y la personal, a día de hoy seguimos encontrando trabas”. Eso sí, añade que esos obstáculos pueden verse desde el optimismo. “Siempre he creído que todas estas trabas que he ido encontrando servirían para facilitar el camino a las futuras niñas, siempre lo he observado con ojos de oportunidad y desde el corazón he deseado que nunca más vuelva a pasarle a ninguna mujer”
POR EL FIN DEL DÍA DE LA MUJER Y LA NIÑA EN LA CIENCIA
La matemática y astrónoma Hipatia, la física Marie-Sophie Germain, la química Dorothy Crowfoot Hodgkin, Marie Curie, la científica Barbara McClintock, la bioquímica Margarita Salas, todas son eslabones de una larga cadena de la que también participan Daniela, Begoña, Esther, Eva, Conchi, Patricia, Paloma y Gema. Todas son igual de importantes y todas deben verse a sí mismas como parte fundamental del avance de la mujer en las carreras científicas. Si un eslabón se rompe la cadena se quiebra. Todas ellas están dando a futuras generaciones la oportunidad de trabajar codo con codo con sus compañeros por conseguir un mundo mejor.
La ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda 2030. Por todo esto, esperamos, que este día desaparezca, que las mujeres y las niñas no necesiten un recordatorio de lo que pueden ser, porque entonces significará que hemos conseguido la igualdad de derechos y oportunidades. Significará que esa cadena no ser romperá nunca.
Cristina Pujol
Fuentes:
- https://www.unric.org/es/images/N1545116.pdf
- http://uis.unesco.org/apps/visualisations/women-in-science/#!lang=es
- Bian, L.; Leslie, S-J.; Cimpian, A. Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s interests. Science, 355 (2017), 6323, 389-391. Doi: 10.1126/science.aah6524.
- https://www.universidadsi.es/las-mujeres-en-la-universidad-espanola-progresion-hacia-la-igualdad/
- https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/
Haberte metido tú a científica Cristina.
46% de mujeres entre los científicos de la Administración Pública en España, casi 40% en el total de investigadores. Pero otro año más seguimos dando el mensaje de que ser científica es una rareza o una proeza. Otro año más dando un mensaje machista sin querer.