El concepto de zona rural está vinculado a un territorio con escasa cantidad de habitantes donde la principal actividad económica es la agropecuaria. Hemos acudido a un experto para que nos oriente, mediante una interesante entrevista y de una forma práctica, qué es lo que pueden hacer, desde el conocimiento de la situación en la que se encuentra el campo, los agricultores y ganaderos, los pueblos y sus habitantes, para impulsar el emprendimiento y el desarrollo profesional en estas zonas.
La digitalización del mundo rural y evitar la despoblación es de máxima actualidad. Existen muchos estudios y grupos trabajando por el desarrollo rural; muchas personalidades están trasladando la necesidad de estudiar cómo podremos abastecer de alimentos a la población mundial en las próximas décadas
Entrevistamos a Miguel Ángel Molinero, Socio Director de Rurapolis, empresa que ayuda al desarrollo de la innovación y la sostenibilidad en el mundo rural y a la promoción de su diversidad, naturaleza, cultura y tradición. Os invitamos también a conocer su blog.

Situación actual de las zonas rurales españolas
- ¿Podrías darnos un dato impactante sobre la situación rural de alguna de las zonas de nuestro territorio?
Son muchos los ejemplos que pueden evidenciar la gravedad de lo que sucede en muchas zonas rurales a consecuencia de la despoblación. La situación que vivimos en algunas de las zonas donde trabajamos en la montaña cántabra es un claro ejemplo. Hay localidades que no cuentan con más de diez vecinos cuando hace tan sólo veinte años llegaban al centenar, con la dificultad añadida de que todos son mayores de 65 años y la inmensa mayoría varones. Pero este ejemplo no es exclusiva de este lugar.
En este territorio, hace unos quince años, la Fundación Botín puso en marcha un programa de apoyo al desarrollo rural en el que nosotros llevamos trabajando diez años, desarrollando un programa de apoyo a emprendedores.
Han pasado por el programa Nansaemprende más de 300 emprendedores y ya se han implantado cerca de 50 nuevos negocios, muchos de ellos ya consolidados y, afortunadamente, muchos de ellos o bien promovidos por nuevos residentes o favorecedores de revertir el abandono de la zona.

Otra experiencia personal que también me ha impactado es la del desarrollo del turismo rural basado en la cultura “troglodítica” en el Altiplano Granadino. Allá por el inicio de los noventa, asesoramos a gran parte de los ayuntamientos de la zona y promovimos la creación del grupo de desarrollo rural que finalmente consiguió financiación de una de las primeras convocatorias del programa “Leader”. En aquel momento no habría en la zona más de 20 plazas hoteleras de pésima calidad. Las cuevas de la zona de Guadix o Purullena era el lugar donde se guarecía el ganado, pero nuestro equipo técnico veía en ese un recurso de potencial turístico y así lo plasmamos en muchos de nuestros documentos técnicos y en el plan estratégico que diseñamos para la candidatura de la zona a los fondos Leader.

Ahora, casi treinta años después, la oferta de plazas hoteleras, muchas de ellas de alta calidad, supera las dos mil. La adaptación de gran parte de las cuevas a hotel o casa rural ha generado una oferta de alojamiento singular que se puede encontrar en muy pocos sitios de Europa.
- ¿En qué piensas que consiste principalmente la diferencia entre zonas para que unas se despoblen de manera acelerada y otras se mantengan o incluso incrementen su población?
Salvo en las zonas en las que crece la población debido al crecimiento de las segundas residencias, en cuyo caso la población reside sólo de forma temporal, creo que la clave está en la existencia o no de empleo. Este puede proceder de la iniciativa privada mediante el emprendimiento o ser de origen público por la existencia de centros de servicios públicos. El problema de la segunda fuente de empleo es que cuando la población decrece por debajo de un determinado nivel, muchas administraciones dejan de ver justificado el mantenimiento de determinados servicios públicos, agravando aún más el problema ya que aún se dificulta más el asentamiento de la población.
Por tanto, desde mi punto de vista, la palanca para revertir el fenómeno es el impulso del emprendimiento con visión “glocal”, asentado en el territorio pero con la vocación de ser favorecedor de flujos económicos, de información y de personas entre las zonas de alta y baja densidad de población.
Pero lo cierto es que tal como han puesto de manifiesto algunos trabajos realizados por nosotros y tal como vemos cuando ayudamos a emprendedores de diversas zonas, las duplicidades y los trámites burocráticos lentos e injustificados se ven agravados por la diversidad de normas autonómicas. Esto supone una gran barrera para que los ciudadanos emprendan.
- ¿Estás trabajando especialmente en alguna zona que te interese mencionar por la situación en la que se encuentra o por el trabajo interesante que se esté llevando a cabo?

Cómo ya cité antes, el trabajo que realizamos en el Valle del Nansa para la Fundación Botín está siendo una muy útil experiencia de aprendizaje. Recuerdo cuando hace casi diez años propusimos a la Fundación desarrollar un programa de apoyo a emprendedores y muchas de las instituciones cántabras argüían que no merecía la pena promoverlo ya que no había población suficiente para encontrar emprendedores.
Nuestra tesis consistía en hacer del programa Nansaemprende un programa para estimular el emprendimiento local por parte de los residentes, pero sobre todo, ser foco de atracción de emprendedores de fuera de la zona que desarrollasen sus negocios en el Valle del Nansa y que incluso, pudiesen plantear su propio cambio de residencia. En el Programa hemos tenido participantes que se han desplazado desde Madrid, Valladolid, Oviedo… e incluso una familia procedente de Argentina que fijó en el Valle su residencia con el atractivo adicional de tener ocho hijos, todo un tesoro en un lugar como el que describo.
Formación y encuentros anuales que apoyan e incentivan el desarrollo rural
- ¿Qué formación especializada consideras de gran valor para poder innovar y emplear las nuevas tecnologías en favor del desarrollo rural? ¿Alguna Carrera Profesional, Curso o Máster de referencia que quieras mencionar?
Una de las grandes carencias para agilizar el proceso de adopción de la tecnología es la formación a diversos niveles. Por una parte la capacidad de los máximos responsables de la empresas para tener el necesario enfoque estratégico y ver cómo les puede ayudar al innovación y la tecnología para ganar competitividad y por otra parte la capacitación de técnicos que sean competentes en el proceso de implementación de la tecnología para la resolución de problemas concretos.
Para paliar la carencia de perfiles técnicos que puedan contribuir de manera efectiva al proceso de digitalización de las empresas agroalimentarias, se han puesto en marcha recientemente iniciativas que aún será preciso evaluar. Me refiero al Master de Transformación Digital del sector agroalimentario Digitalagri.
Aún creemos hay que favorecer más iniciativas similares ya que hay una clara necesidad de profesionales que favorezcan la adopción de tecnologías por parte de las empresas alimentarias.
- Habéis formado parte este año de CONAGRÓNOMOS. ¿Qué habéis descubierto este año? ¿Qué habéis transmitido desde Rurápolis?
La Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos (ANIA) nos encargó gestionar la secretaría técnica del IV Congreso Nacional de Ingenieros Agrónomos que se celebró el pasado mes de octubre 2018 en el marco de la quinta edición de FIMART. Sin duda la acción conjunta y coordinada de ambos eventos ha sido todo un acierto que ha aumentado la visibilidad e impacto de ambas iniciativas.
La intensa actividad de difusión de conocimiento gracias a las sesiones técnicas paralelas con más de cien comunicaciones ha puesto de manifiesto la relevante actividad de investigación y aplicación de tecnologías que están llevando a cabo profesionales de todo nuestro país, muchos de ellos, ingenieros agrónomos, se ha complementado con la presencia expositora de muchas empresas, tanto oferentes de tecnología como de otro perfil complementario pero que realizan una encomiable labor de estímulo de la innovación en el medio rural.
El gran aprendizaje de esta experiencia ha sido reconocer y poner en valor el papel del ingeniero agrónomo como agente clave de innovación para el mundo rural. Esta función ha de ser valorada, protegida y estimulada. Los profesionales de la agronomía deberán ocupar una posición clave en el proceso de innovación del mundo rural y de las empresas de la cadena alimentaria.
Nuestra empresa está especializada en la gestión de eventos relacionados con la innovación, en este sentido, gran parte de los contenidos y actividades del Congreso, han sido promovidos y coordinados por nosotros. Talleres de innovación abierta sobre el papel de los profesionales de la agronomía del futuro, demostraciones y talleres del uso de soluciones fiware a la cadena alimentaria, uso de sensórica remota o localizada, etc son algunas de las acciones que hemos promovido y coordinado desde Rurápolis.
- Colaboras con Feria Fimart (Innovación y Tecnología aplicada al mundo rural y el sector agroalimentario) ¿Qué has podido contemplar año tras año en esta feria? ¿Cómo está impactando la innovación en el campo? ¿Qué necesitamos para que se impulse el uso de la tecnología?
Cinco años gestionando la Feria Fimart (www.fimart.es ) para la Diputación de Córdoba nos ha permitido observar la evolución de la oferta de tecnologías para la cadena alimentaria.
Startups que comenzaban en las primeras ediciones y que hoy son empresas de referencia en el uso de sensores para la mejora de toma de decisiones, las que trabajan en el desarrollo de sistemas integradores de información, las que ponen su foco en la modelización de datos…
También hemos observado cómo ha aumentado el interés de los grandes grupos multinacionales que hace tan sólo cinco o seis años trabajaban prioritariamente en el sector financiero o en el de la salud o en el campo de las smart cities y hoy ven el gran yacimiento de oportunidades en la aplicación de las tecnologías para la cadena alimentaria.
Esta pequeña revolución de la oferta de tecnologías y servicios que hemos vivido en primera persona, vemos que aún necesita de una mucho más intensa labor de difusión entre los usuarios de la tecnología, fundamentalmente empresas agroalimentarias y población rural en general.
Seguimos observando un gran gap entre las prioridades de los usuarios de la tecnología y las empresas que ofrecen soluciones tecnológicas. Siguen haciendo falta puentes.
Desde nuestra visión y apoyados en la experiencia de estos últimos años se necesita un cambio de enfoque a la hora de comunicar en qué puede contribuir la tecnología y la innovación, de tal forma que se parta de los principales problemas e inquietudes de los usuarios de la tecnología.
Un sondeo que realizamos entre profesionales de la cadena alimentaria y que fue presentado en el Congreso Nacional de Ingenieros Agrónomos, evidenció que gran parte de éstos, incluso aquellos con formación universitaria, no son capaces de identificar claramente a qué puede ayudar la aplicación del IoT o la inteligencia artificial a las empresas de la cadena alimentaria.
Natalia Carbonell
Miguel Ángel Molinero