Las consecuencias del cambio climático pueden ser irreversibles si no adoptamos medidas de mitigación urgentes. Emitimos más gases de efecto invernadero hoy que hace 29 años, generando una economía negativa para los continentes, las comunidades y las personas, siendo los más perjudicados los vulnerables. Respecto a niveles pre-industriales, el nivel del mar se ha incrementando en unos 20 cm, la temperatura ambiente aumentó en 0.87 ºC y los Gases de Efecto Invernadero Invernadero (GEI) se han disparado.
La lucha para superar la pobreza
783 millones de personas viven en la pobreza extrema a nivel mundial, sobreviviendo con 1.90$ (0.89€) diarios. Los países en conflicto, pequeños y débiles son los más vulnerables ante el terrible cambio climático que nos acecha. Asia meridional y África concentran el mayor número de personas empobrecidas que luchan por combatir y sufragar sus necesidades más básicas (salud, educación, saneamiento, acceso a agua potable, etc.).

Los efectos en los océanos
Los niveles del mar han aumentado desde 1901 más de 20 cm por el derretimiento de los deshielos. La cantidad de nieve y la extensión del hielo marino han disminuido, lo que provoca una alteración de las corrientes marinas y en la capacidad del planeta de “reflejar” la luz solar, para evitar un sobrecalentamiento.
Los océanos absorben el 30% del dióxido de carbono de a atmósfera, amortiguando los efectos del calentamiento global. La acidificación de los mares ha aumentado un 26%. También lo ha hecho la sobrepesca, reduciendo al límite el número de algunas especies, como el atún. La contaminación y la eutrofización están deteriorando las aguas costeras; 3 mil millones de personas dependen de la diversidad marina para sobrevivir, es nuestra mayor fuente de proteínas y nos proporciona además medicinas y biocombustibles.
Los niveles de residuos en los océanos son críticos, suponiendo un impacto ambiental y económico significativo, afectando también a la biodiversidad marina. Los peces confunden la basura marina con alimentos, ingiriendo plásticos, quedan atrapados en los residuos y también se ve afectado su proceso reproductivo.
Un 20% de los arrecifes de coral del mundo fueron destruidos sin posibilidades de recuperación, otro 24% están en riesgo apremiante de desaparición por la acción del hombre y un 26% en riesgo de extinguirse a largo plazo.
El incremento de la temperatura
Las consecuencias del cambio climático son inmensas y sólo podemos estimar algunas. La temperatura del planeta se ha visto incrementada en 0,85º C, provocando alteraciones en el clima: tsunamis, ciclones tropicales, inundaciones, alteraciones de los períodos de lluvias, sequías, etc. Este calentamiento ya ha provocado la escasez de alimentos y agua en varios lugares del mundo, donde las personas tienen que recorrer hasta 6 km para conseguir agua potable. Este fenómeno también ha propagado plagas y enfermedades.
Las emisiones de Gases de Efecto Invernadero producidas por la acción de la ganadería (puedes leer más aquí) y la actividad humana son factores de importancia en el desencadenante cambio climático. Nuestras actividades diarias, nuestros hábitos de consumo y desplazamientos influyen en las emisiones de GEI, lo que nos proporciona mala calidad del aire, provocan diversas enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer. En 2016, el 91% de la población vivían en lugares que no cumplían las directrices mínimas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de calidad del Aire.
El sector energético es el más contaminante, con una cifra del 72% de las emisiones totales de GEI. Más información aquí.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Para empezar tenemos que ser plenamente conscientes de que no hay un PLANeta B. Partiendo de este punto podemos hacer pequeños cambios en nuestras vidas y luego ir transmitiendo a nuestro entorno todo lo que estamos haciendo para frenar el cambio climático. Por ejemplo: Apagar las luces que no se están utilizando, compartir el coche, cambiar nuestros hábitos de consumo…
Podemos fomentar el uso de energías renovables, reducir nuestra huella energética, usar biocombustibles o transporte eléctrico, utilizar el transporte público, ir caminando siempre que nos sea posible, etc.
En cuanto a los cultivos y la ganadería, debemos mejorar la gestión de los residuos, transformándolos en biomasa para la producción de energía.
Consumir productos de cercanía y de pequeños productores, reducir el consumo de productos de origen animal dando prioridad a los cereales, frutas y verduras. Evitad el desperdicio de alimentos, procurad hacer una lista de la compra con los productos que realmente hacen falta en nuestra despensa, reutilizar las sobras, congelar frutas maduras para su posterior consumo en batidos o smoothies.
Proteger las reservas forestales y los bosques en general. Reducir la deforestación. Podemos participar en campañas de nuestras comunidades en la plantación de árboles.
Usar materiales reciclables y sostenibles en la construcción de nuevos espacios y mejorar la eficiencia energética de los edificios. Reciclar en nuestro ámbito privado siempre que se pueda y reparar los productos que puedan repararse.
Cuidemos el planeta que tenemos mientras haya tiempo. Apuntaos a alguna acción por el clima, asistid a algún curso sobre los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Eduquemos a los niñ@s en la conservación, protección y amor al planeta en que vivimos. El único que tenemos. La realidad es algo alarmante, pero aún hay tiempo para conseguir mitigar los efectos del cambio climático. Es nuestra única alternativa. Recordad: No hay PLANeta B.
Isabel Silva
Fuentes:
https://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals/goal-13-climate-action.html
https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/climate-change-2/
Excelente artigo. Parabéns meu amor, Deus guie teu caminho.
Parabéns minha filha, pelo excelente artigo.