Tu smartphone puede prevenir la próxima pandemia

La humanidad se ha enfrentado en el pasado a epidemias masivas que han tenido efectos catastróficos. Algunas de ellas mataron a cientos de millones de personas, con consecuencias económicas y sociales que duraron varias generaciones. La (mal) llamada gripe española acabó con la vida de entre el 3% y el 6% de la población mundial.

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Fuente: Hipertextual

El problema es que en un mundo hiper-conectado e hiper-globalizado como el actual, si surge un nuevo virus con suficiente capacidad de contagio y letalidad, estamos en una situación mucho más vulnerable que en el pasado. Una nueva cepa que se origine en un mercado de Shanghai, por ejemplo, rápidamente se propagaría por tierra mar y aire por todo el mundo. No tenemos métodos que nos protejan de una futura pandemia, y eso es un grave problema.

Incluso si no tienes habilitado el GPS de tu teléfono, sigues compartiendo tu posición aproximada cada vez que lo enciendes. Es fácil olvidar que nuestros teléfonos se conectan a las torres de telefonía móvil, aunque por ejemplo la policía lo sabe muy bien y lo usa en casos de criminología, por ejemplo. De hecho, esta capacidad es una de las razones por las que, durante años, los operadores de telefonía móvil han podido vender en secreto tanta información sobre nosotros. Pero esa es otra historia.

¿Qué pasaría estos datos masivos de geolocalización pudieran ser utilizados con un propósito menos nefasto que el marketing? Esta es la idea detrás de la nueva investigación del MIT y del Instituto Federal Suizo de Tecnología publicada en Nature: al aprovechar los datos de posicionamiento de teléfonos móviles de millones de usuarios, podríamos ser capaces de predecir y prevenir la propagación de epidemias en las ciudades.

Tal y como explican los investigadores en el estudio, las formas en que las epidemias se propagan por todo un país se comprenden relativamente bien en este momento. En otras palabras, ese mapa que se ve en las películas de virus donde un punto rojo se convierte en dos puntos rojos y luego empiezan a salir puntitos rojos por todo el planeta, puede parecer sensacional, pero es plausible y cercana a lo que ocurriría en la realidad. Lo que aún no entendemos es cómo se propagan las epidemias dentro de una ciudad, de un vecindario a otro. Y con el 55% de la población mundial viviendo en espacios urbanos, es necesario que lo hagamos, por el bien de la salud pública. Si no somos capaces de entender y predecir la propagación de enfermedades dentro de una ciudad, no seremos capaces de frenar una pandemia a escala planetaria.

Para el estudio los científicos recolectaron dos meses de datos anónimos de teléfonos móviles de 2.3 millones de personas en todo Singapur, recolectados de un proveedor de servicios local. A partir de esta información, fueron capaces de hacer ingeniería inversa sobre dónde vivía la gente y dónde trabajaba. Los científicos calcularon entonces el número de mosquitos y las tasas de picaduras que conducen a la propagación del dengue, un virus particularmente peligroso y que mata a 25.000 personas cada año en todo el mundo. No se puede contraer el dengue de otra persona, sólo de los propios mosquitos. Sin embargo, debido a que los seres humanos infectados con dengue pueden infectar mosquitos – que a su vez propagan la enfermedad a otras personas – descifrar los patrones humanos de movimiento es muy importante para controlar el virus.
Al combinar los datos de movimiento de los teléfonos con las tasas típicas de infección por dengue, los científicos pudieron crear una simulación de una epidemia de dengue que coincidió estrechamente con la propagación real del dengue durante las epidemias que ocurrieron en 2013 y 2014 en Singapur.

 

Este es obviamente un modelo predictivo que funcionó en retrospectiva, en lugar de preventivamente, pero los científicos creen que la técnica podría predecir los patrones de brotes de dengue en el futuro, y lo suficientemente rápido como para salvar vidas.

“Los métodos propuestos podrían integrarse en la planificación urbana casi en tiempo real”, escriben los investigadores.

“Los datos de los teléfonos móviles son un candidato obvio para este propósito, dando información en tiempo real sobre los movimientos de la gente.”

El único problema es que, hasta ahora, el equipo no ha demostrado que pueda predecir la propagación de una enfermedad de persona a persona, como la gripe o el ébola, durante una epidemia. Pero ese es exactamente su próximo campo de estudio. Quizás algún día, tu teléfono no sólo rastreará tu ubicación, sino que aprovechará esos datos para prevenir la temida pandemia del futuro.

Fuente: Medium

 

 

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