El camino hasta la COP25, un puente a la COP26

Ayer 15 de diciembre se celebró el Día de la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). PNUMA es la autoridad ambiental líder en el mundo, establece la agenda ambiental a nivel global, promueve la implementación coherente de la dimensión ambiental del desarrollo sostenible en el sistema de las Naciones Unidas y actúa como un defensor autorizado del medio ambiente.

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PNUMA actúa como catalizador, promotor, educador y facilitador para promover el uso racional y el desarrollo sostenible del medio ambiente mundial. Tiene una larga historia de contribuir al desarrollo y la aplicación del derecho del medio ambiente a través de su labor normativa o mediante la facilitación de plataformas intergubernamentales para la elaboración de acuerdos principios y directrices multilaterales sobre el medio ambiente, que tienen por objeto hacer frente a los problemas ambientales mundiales.

PNUMA fue creado durante la XXVII sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1973, pero concebido durante la Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente de 1972, para fomentar la cooperación internacional en asuntos relacionados con el medio ambiente. Entre sus misiones cabe destacar: dirigir y alentar la participación en el cuidado del medio ambiente inspirando, informando y dando a las naciones y los pueblos los medios de mejorar la calidad de vida sin poner en peligro la de futuras generaciones.

PNUMA se estructura en los órganos permanentes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente son el Consejo Ejecutivo y el Secretariado. El Consejo Ejecutivo, integrado por los representantes de 58 países de entre todos los que componen la ONU (más de 180), es elegido cada tres años por la Asamblea General de las Naciones Unidas en base a rotación. Se reúne cada dos años y su misión es proporcionar las directrices de su política general para la dirección y coordinación de los programas medioambientales dentro del sistema de la ONU.

Sus actividades cubren un amplio rango de temas, desde la atmósfera y los ecosistemas terrestres, la promoción de las ciencias medioambientales y la difusión de información relacionada hasta la emisión de advertencias y la capacidad para responder a emergencias relacionadas con desastres medioambientales. Posee seis oficinas regionales en los diferentes continentes: África, América Latina y el Caribe, América del Norte, Asia y Pacífico, Asia occidental, y Europa. ​ La sede de la oficina regional para América Latina y el Caribe (ORPALC) se encuentra en Panamá.

España fue elegida para la Presidencia del Consejo de Administración del PNUMA el 21 de febrero de 2011, y durante sus dos años de mandato ha participado de manera activa en las reuniones internacionales más relevantes relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo sostenible, entre ellas, la Cumbre de Desarrollo Sostenible de Río+20 celebrada en Brasil y la de Cambio Climático, en Doha (Catar).

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Creación del IPCC e inicio de las COP (CMNUCC)

Será el PNUMA, junto a la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el impulsor del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en 1988, al detectarse el problema del cambio climático mundial. Su función consiste en analizar, de forma exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación de éste. Es muy importante destacar que el IPCC no realiza investigaciones ni controla datos relativos al clima u otros parámetros pertinentes, sino que basa su evaluación principalmente en la literatura científica y técnica revisada por homólogos y publicada. Está compuesto por más de cien expertos en la materia, nombrados por gobiernos y organizaciones multilaterales. Ha presentado cinco informes de evaluación sobre cambio climático, que incluyen la ciencia del fenómeno, así como sus posibles impactos y soluciones. Se oye decir con frecuencia que sólo tenemos alta certidumbre de la existencia del calentamiento global de origen humano a partir del Cuarto informe. Sin embargo, desde su Primer informe de evaluación, en 1990, el IPCC había identificado el fenómeno con más de 50% de certidumbre científica. Actualmente se trabaja en el sexto informe, que podría estar completo y disponible para consulta en unos dos años.

Para enfrentar este problema global del cambio climático, se crea la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), cuyo órgano supremo es la Conferencia de las Partes o COP, por sus siglas en inglés, su máxima autoridad con capacidad de decisión. Es una asociación de todos los países miembros (o Partes) que se reúnen todos los años durante dos semanas para proponer y adoptar planes de acción que mitiguen la actividad humana sobre el calentamiento global. Su objetivo es “orientar los esfuerzos de los países que son partes de la Convención para actuar contra el cambio climático”, es decir, impedir la interferencia del ser humano en el aumento de la temperatura media de la Tierra.

De la COP21 a la COP25, con miras a la COP26

A lo largo de las dos últimas décadas se han ido fraguando compromisos en estas negociaciones, rubricados en el Acuerdo de París de la COP21 que es, hasta la fecha, el gran pacto mundial para la lucha contra el cambio climático.

Aprovechando que se ha celebrado la COP25 en Madrid, a la que desde Puentes Digitales hemos acudido, enlazamos las siguientes observaciones.

Esta conferencia estaba considerada de trámite, un puente a la COP26 que se celebrará en Glasgow en el ya célebre 2020. Pero su traslado a Europa elevó el interés, en parte por la gran cobertura mediática, en parte porque la ministra española en funciones, Teresa Ribera, es una de las personas más experimentadas en este terreno. Es tal vez la que a más cumbres ha acudido de todos los dirigentes de este país; no en vano fue nombrada facilitadora para las negociaciones de esta cumbre. Estas dos circunstancias han elevado las expectativas de los acuerdos a los que se podía llegar a lo largo de las dos semanas que dura el evento.

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Teresa Ribera y Valvanera Ulargui durante la intervención de España minutos antes de que Brasil aceptara finalmente los párrafos que incluyen las menciones al océano y la tierra cultivable, uno de los grandes escollos que han prorrogado esta COP dos días por primera vez en la historia.

Finalmente, los esfuerzos de Chile y España por generar acuerdos ambiciosos se han notado, aunque puede que los acuerdos finales no estén a la altura de la urgencia del problema a nivel global. La brecha entre los países con más emisiones y los que menos emiten y que son los que más claramente están sufriendo ya los efectos del cambio climático es tangible.

Ampliaremos la información sobre el transcurso y las conclusiones de la COP25 durante los próximos días.

lorena Lorena Álvarez-Sala

carolina Carolina Lechado 

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