El colapso del retail. Muerte y resurrección de los centros comerciales

El mundo está cambiando y con él los negocios, las relaciones sociales, el ocio y el consumo. En los años 90, los grandes centros comerciales fueron una seña de identidad del progreso económico y social de Occidente. Los Malls americanos representaban un modelo de ocio y de consumo que ahora empieza a desaparecer…

…¿O no? ¿Os habíais imaginado que vuestra próxima casa podía estar dentro de un centro comercial?

La compra online: el primer golpe directo al retail clásico

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Los centros comerciales se convirtieron (y fue hace no mucho) en centros neurálgicos de compras, con locales de las marcas de moda de referencia. Las grandes firmas abrían tiendas en estos complejos con una frecuencia que no tenía pausa.

Cada país tiene sus diferencias, según los hábitos de consumo de sus habitantes, pero hasta hace poco era normal encontrar, en cualquier país de cultura occidental, grandes centros comerciales con cientos de tiendas de ropa, abarrotadas sin problema de todas las principales marcas y con sus últimos productos.

Ahora, en cambio, es habitual ver locales vacíos en grandes complejos que antes rebosaban de clientes. En 2017 ya van 9 grandes bancarrotas de compañías del sector. Retail Meltdown lo llaman; el colapso del retail. La moda ya no está en los grandes Mall.

El PIB está mejorando en casi todos los países, el paro está disminuyendo y el consumo está creciendo. ¿Qué está pasando entonces?

La expansión del retail online está cambiando el paradigma del consumo. Desde 2010, el comercio electrónico a nivel mundial ha aumentado del 2 al 20%. Las compañías de retail que sobreviven están dejando de invertir en los grandes centros comerciales para trasladar sus locales al centro de la ciudad.

¿Es el fin de los centros comerciales?

De centros de consumo a centros de ocio

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Ya antes de la llegada del comercio electrónico, el retail clásico tuvo que reinventarse y seguir mejorando.  Al principio, los Mall eran lugares de peregrinación de ciudades enteras en los EEUU, que viajaban kilómetros sólo para hacer las compras del mes en los grandes centros comerciales.

Este tipo de urbanización descentralizada con grandes distancias y muchas áreas residenciales, permitieron que los Malls concentrasen todas las tiendas necesarias para una comunidad en un mismo lugar. La gente iba a estos lugares a socializar, a pasar el tiempo.

Los dueños de los centros comerciales supieron aprovechar el consumismo americano para darle una vuelta de tuerca a sus inversiones. Cines y restaurantes comenzaron a aparecer para convertir a estos gigantes de hormigón y acero en centros de ocio. Los visitantes veían el último blockbuster, se compraban un helado y vaciaban la cartera en las tiendas de ropa.

¡Incluso se inventó un término nuevo: mallrats!

En Europa supimos traer este modelo con bastante buen hacer, con menos consumismo y más ocio que traía una variada oferta de entretenimiento, manteniendo la integridad de estos gigantes. Claro que en época de crisis económica hubo problemas, pero la recuperación en el consumo ha revivido los centros de ocio.

Ya no visitamos estos lugares sólo para comprar ropa, sino para ver una película, disfrutar de una cena agradable, esquiar o incluso jugar al pádel.

Gastamos el dinero, desde luego, pero las tiendas de ropa se llevan ahora un trozo del pastel mucho menor.

Entonces, ¿están salvados los centros comerciales?

De centro de ocio a centro…¿urbano?

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El país norteamericano es una baliza para otros países. Es habitual que cambios sociales, tecnológicos o económicos se sucedan en este país y se repliquen en otros lugares años después.

El avance del comercio electrónico y el cambio en las preferencias de ocio en EEUU están siendo demasiado intensos. La gente gasta más dinero en viajes y en experiencias. El modelo de posesión material de hace unos años se está diluyendo. Desde 2010, el número de viajes en avión ha aumentado cada año. Misma tendencia en sector hotelero. Incluso se puede ver cierta transferencia de consumo en ropa hacia comida y bebida. La sociedad está cambiando. La gente no quiere gastar su dinero en bienes tangibles, y cuando lo hace, cada vez recurre más a Internet.

Compañías como Amazon están fagocitando multitud de sectores y los centros comerciales no son capaces de de dar respuesta. Los Malls americanos están sufriendo una nueva etapa de transformación forzada. Como decíamos al principio del artículo, casi todas las grandes marcas de ropa están cerrando locales en los Mall. Ya no es un negocio sostenible. Añadir opciones de ocio ha ayudado a sobrevivir, pero parece que no es suficiente.

Para sobrevivir, estos centros están incorporando tiendas más «de barrio», mercados ecológicos, gimnasios, centros de deporte, colegios e incluso viviendas.

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La nueva transformación de los centros comerciales consiste en convertirse en pequeñas mini-urbes, que incluyen todo lo necesario para que una comunidad viva. Los centros comerciales están pasando a ser centros sociales, centros de ocio y centros de vida al mismo tiempo.

En definitiva, centros urbanos. Y no es casualidad que este término sea usado para representar el núcleo de una urbe. En el fondo, estos complejos pueden ser exactamente eso. Tienen todas las características necesarias para convertirse en pequeñas comunidades. Al fin y al cabo, las zonas urbanas de los extrarradios de las ciudades suelen estar acompañados de estos centros. ¿Por qué no integrarlo todo?

Este modelo seguramente se vea en Europa próximamente. Vuestra próxima casa puede que esté dentro de un enorme centro comercial, con el colegio de los niños en la planta de arriba y la piscina en el sótano.

Los centros comerciales no están muertos, se están transformando. Y nuestra forma de vida cambia con ellos.

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Fuentes: mashable, Marketing4ecommerce, Bostonrealstate

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