Cómo los Drones y la Inteligencia Artificial Pueden Ayudarnos a Salvar los Ecosistemas Terrestres

Los bosques cubren alrededor del 30% de la superficie terrestre. No sólo absorben dióxido de carbono, sino que también sustentan la biodiversidad del planeta. De hecho, son los pulmones de la Tierra, sin los cuales el ecosistema se derrumbaría como un castillo de naipes. Afortunadamente, la tecnología nos da hoy las herramientas para protegerlos, desde los drones hasta la inteligencia artificial.

Desglosemos cómo funciona exactamente.

El Problema de los Bosques en Cifras

Las cifras son, cuando menos, alarmantes. Según la ONU, 1.600 millones de personas dependen directamente de los bosques para su subsistencia. Aproximadamente el 80% de todas las especies terrestres conocidas viven en ecosistemas forestales. Pero cada minuto el planeta pierde un bosque del tamaño de 27 campos de fútbol.

La tala, los incendios, la sequía y el cambio climático están destruyendo los ecosistemas más rápido de lo que pueden recuperarse. Hay miles de millones de dólares en juego: sólo los daños causados por los desastres relacionados con la tala cuestan más de 300.000 millones de dólares al año.

Y ahí es donde entran en juego las nuevas tecnologías.

Tecnologías Revolucionarias

Hoy disponemos de un arsenal de herramientas para proteger los ecosistemas terrestres. He aquí las principales:

  • Vehículos aéreos no tripulados (drones). Realizan inspecciones aéreas, vigilan focos de incendios, proporcionan datos en tiempo real y ayudan a modelizar la propagación de incendios.
  • Sistemas de Información Geográfica (SIG). Permiten la vigilancia forestal, la gestión de servicios operativos y la previsión basada en big data.
  • Inteligencia artificial. Predice el comportamiento de los animales, analiza las migraciones y evalúa los riesgos de extinción basándose en datos multidimensionales.
  • Seguimiento por satélite. Permite observar en tiempo real la deforestación, la desertificación y los cambios en el uso del suelo en todo el mundo.
  • Sistemas de modelización de incendios. Como WildFire Analyst, construyen escenarios de incendios y ayudan a coordinar los servicios de rescate.
  • Teledetección. Ayuda a captar el cambio climático y la dinámica de la vegetación incluso en las zonas más inaccesibles del planeta.

Estas tecnologías ya están proporcionando datos más precisos y una respuesta más rápida a las amenazas.

Cómo Funciona en la Realidad

Tomemos el ejemplo de los drones. No sólo registran el humo, sino que ayudan a cartografiar la propagación del fuego y a coordinar las acciones de los equipos de extinción.

La IA, por su parte, es capaz de analizar las rutas migratorias de los animales o predecir el riesgo de extinción de especies utilizando datos de GPS. Ya hoy se están probando modelos de este tipo en universidades de Londres y otros centros de investigación.

Y las imágenes de satélite ofrecen una imagen objetiva de la deforestación y la desertificación, y en dinámica, lo que permite seguir incluso procesos lentos que son invisibles desde el suelo.

Los Retos Persisten

Pero es importante darse cuenta de que la tecnología es sólo una herramienta. Su eficacia depende de lo activamente que las apliquen las organizaciones públicas y privadas. Por ahora, la gestión de los ecosistemas forestales adolece de fragmentación de intereses y burocracia.

Según la FAO, cada año desaparecen 8,8 millones de hectáreas de bosques. Es una superficie mayor que Portugal. Y entre 2000 y 2013, más del 8% de los bosques que quedan en el planeta se degradaron.

El futuro de la conservación ya está aquí; la única cuestión es con qué rapidez lo ponemos en práctica. Los drones, la IA y los satélites no sustituirán a la voluntad política y la estrategia, pero nos dan la oportunidad de adelantarnos a los procesos destructivos.

Se acerca una nueva era de «inteligencia ecosistémica». Si utilizamos estas tecnologías correctamente, la humanidad aún tiene una oportunidad de salvar los bosques y restablecer el equilibrio del planeta.